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Agora

The shelter of a wall

Agora Arquitectura . photos: © Joan Casals Pañella

We are in Baix Empordà. On top of a small cliff, overlooking a set of fields full of sunflowers. Facing the sea, strongly stalked by the Tramontana winds. Behind an old wall of a house, which guards its farmhouse and annex territory in ruins.

Allà la veig!, de feixes i boscos rodejada,
amb sos pallers que daura del sol ponent la llum.
Ja veig ses parets, sa rústega teulada,
sa negra xemeneia que de la llar sagrada
al cel aixeca el fum.
La masia, Francesc Casas i Amigó

The commission requires rebuilding the found pursuing the idea of ​​a place to spend the weekend.
The project is located, sheltered by the only wall that still stands the test of time.
Two rooms are situated protected from outside views, from the hot summer sun and the cold winter wind. One facing South, looks out at one end of the wall. Another with South and East orientation, penetrates the center of the wall, through a small window that allows connecting different times on the horizon. After the wall, the great room appears dominating the views. Freely and in the central part of the house, a black box, contains all the domestic services. Two bathrooms again reveal the context, through the reflection of the mirrors and glazed tiles. Competing with the views of the living room, the kitchen adds to the resource of the bathrooms, taking advantage of the polished marble.

In reality, everything is explained in a small 80cm offset that separates the traces of the old building from the new one. The subtle dislocation, avoids taking off the old construction in the execution of the new one. It allows to stabilize it by giving space to a dry stone backing, which uses loose rocks from the excavation of the exposed slab. But above all, it forces us to constantly wander between limits that indeterminate the presence of both realities. In the same direction, 11 prefabricated wooden pillars are placed on the base, parallel to the existing wall. A vertical structure that, through transparency and slenderness, stands capable of recomposing the ruin. Opposed to this in the opposite corner, a new wooden shelter completes the vertical and horizontal enclosure of the new house. This time it is a continuous shell built in CLT. In its horizontal, a set of old tiles from the environment can be seen reused. In the vertical, the trowel of a local bricklayer, again throwing coarse sand mortar. In a productive mimesis with the elements that actually build the place.
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 Nos encontramos en el Baix Empordà. Encima de un pequeño acantilado, que domina un conjunto de campos repletos de girasoles. Frente al mar, acechado fuertemente por los vientos de la Tramontana. Detrás de un viejo muro de una casa, que custodia en ruinas su masía y territorio anexo.

El encargo requiere reconstruir la edificación encontrada persiguiendo la idea de un lugar donde pasar el fin de semana.

El proyecto se sitúa, al abrigo del único muro que aún resiste en pie el paso del tiempo.
Dos habitaciones, protegidas de las vistas ajenas, del sol caluroso de verano y del viento frío del invierno, se sitúan paralelas al muro.

Una con orientación Sur, se asoma en un extremo del muro. Otra con orientación Sur y Este, penetra en el centro del muro, a través de una pequeña ventana que permite conectar tiempos distintos en el horizonte. Salvado el muro, aparece el gran salón dominando las vistas.

De forma exenta y en la parte central de la casa, una caja negra, contiene todos los servicios domésticos. Dos baños de nuevo revelan el contexto, a través del reflejo de los espejos y de las baldosas esmaltadas. Compitiendo con las vistas del salón, la cocina se suma al recurso de los baños, aprovechando el pulido del mármol.

En realidad, todo se explica en un pequeño desplazamiento de 80cm que separa las trazas de la vieja edificación de la nueva. La sutil dislocación, evita descalzar la vieja construcción en la ejecución de la nueva. Permite estabilizarla dando espacio a un trasdós de piedra seca, que utiliza rocas sueltas provenientes de la excavación de la solera vista.

Pero sobre todo, fuerza a deambular constantemente entre unos límites que indeterminan la presencia de ambas realidades.  En la misma dirección se posan sobre la base 11 pilares prefabricados de madera paralelos  al muro existente.  Una estructura vertical que a través de la transparencia y esbeltez se erige capaz de recomponer la ruina.

Contrapuesta a esta en la esquina contraria, un nuevo abrigo de madera, completa el cerramiento vertical y horizontal de la nueva casa. Esta vez se trata de una cáscara continua construida en CLT. En su horizontal pueden verse reutilizadas un conjunto de tejas viejas del entorno. En la vertical, la paleta de un albañil local, lanzando de nuevo mortero de arena gruesa. En una mimesis productiva con los elementos que en realidad construyen el lugar.