Peralta Ayesa Arquitectos . fotos: © Pedro Pegenaute
El Centro Municipal del Distrito de Abando ha sido promovido por el Ayuntamiento de Bilbao, el proyecto consiste en reemplazar un pequeño edificio de planta B+II por otro, de mayor escala, que resulte acorde con el entorno en el que se sitúa y de cabida a una heterogénea demanda de usos públicos.
El edificio a sustituir fue originariamente construido como Lavadero Municipal en 1898, ante la grave epidemia de cólera que sufría la ciudad, posteriormente se reformó para convertirlo en Centro Municipal. El edificio cuenta con dos elementos de interés a mantener e integrar en la nueva edificación: la fachada de piedra arenisca y la vidriera que en la actualidad cubre el espacio central de exposiciones.
La fachada existente, de proporción horizontal, con configuración simétrica y sencillo orden de huecos, está concebida para ser frente de un edificio de dos alturas. Su integración en la composición del nuevo edificio, de hasta 7 plantas, podría desvirtuar en gran manera su imagen arquitectónica, dando como resultado una apariencia postiza, no unitaria y poco natural. En la búsqueda de un planteamiento conceptualmente coherente se ha propuesto la independencia de la fachada preexistente de la nueva actuación. De esta forma se respetarán las características formales de la fachada de 1898, dejando que el nuevo edificio se exprese en el lenguaje contemporáneo que le es propio facilitando así una clara lectura cronológica.
El carácter público del equipamiento, requiere de un espacio exterior amplío. Dada la estrechez de la calle Barrainkua se propone ganar espacio hacia el interior de la parcela, de forma que se amplíe notablemente la acera y pueda crearse un lugar de espera, encuentro y relación entre los usuarios del centro.
La norma urbanística establece un perfil edificatorio máximo en el que se definen dos áticos retranqueados. Por otro lado el fondo edificatorio se limita a 18m en plantas elevadas siendo libre en planta baja y sótano.
El nuevo edificio, buscando una imagen unitaria y rotunda, responde los condicionantes que concurren en el solar con un único gesto formal reflejado en su sección. Hacia la calle Barrainkua el volumen se expresa por plantas, retranqueándose cada una con distinta profundidad, creando una “plaza-porche” cubierta de acceso, respetando la fachada existente y ajustándose al perfil urbanístico en las plantas superiores, a la vez que incorpora un espacio polivalente de exposiciones en el nivel inferior, en el fondo de parcela, rematado e iluminado por la vidriera conservada e incorporada a este espacio emblemático de la propuesta.
El edificio se configura en planta sótano, planta baja y cinco plantas elevadas, más un nivel de instalaciones en cubierta. La planta baja es pasante desde el exterior hasta el espacio a doble altura ubicado en el fondo de la parcela donde se ubica la vidriera-lucernario recuperada.. En planta sótano y baja se agrupan los espacios de gran afluencia de público como son la atención al público, la sala conferencias y la sala de exposiciones. Las plantas elevadas albergan usos más restringidos y de carácter heterogéneo como son guardería, gimnasio, despachos o salas de actividades polivalentes.
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