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PLAYstudio

new Congress Centre in the city . Alicante

PLAYstudio . renders: © Rafael Zarza García

Proposal by PLAYstudio for the new Congress Centre competition in Alicante.
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Título | Bella y bestia
Año | 2023
Lugar | Alicante
Autores | PLAYstudio (Iván Capdevila – José M. López Ujaque)
Colaboradoras | Altea Amorós Rueda – Minerva García Blasco
Imágenes | Rafael Zarza García

I / ¿SOY UN MONUMENTO? (AM I A MONUMENT?)
La necesidad de “referentes arquitectónicos que puedan convertirse en una icónica estampa” es parte consustancial de la historia política de las ciudades y de su desarrollo. En un ámbito nacional, el `efecto Guggenheim´ en Bilbao o el cercano caso de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia son referencia. Sin embargo, asumimos que vivimos una época en la que el redescubrimiento de lo propio frente a la importación de modelos globales y ajenos refuerza nuestra sensibilidad ecológica, en este caso la que tiene que ver con lo cultural -o con lo subjetivo, según Felix Guattari. En otras palabras, creemos más en una idea alternativa de Marca Ciudad que en la de Marca Autor. Para ello, La Bella y La Bestia exageran y manipulan creativamente elementos no sólo de la propia cultura portuaria y marítima sino también de la propia historia arquitectónico-artística alicantina. En este sentido, la propuesta adquiere su primera condición de monumento al celebrar -a través de su forma, su materialidad y su experiencia interior- un singular conocimiento acumulado por las gentes de Alicante.  

El súper tinglado
Junto a las grúas, una de las construcciones más características en tierra firme en nuestros puertos es el tinglado. La desaparición de los últimos tinglados históricos en el puerto de Alicante no estuvo exenta de polémica ya que lo dotaban de una identidad particular. Los pocos que hoy quedan abandonan cualquier entusiasmo estético para ser exclusivamente naves industriales contenedoras. La propuesta rinde cierto tributo a esta tipología reclamando su belleza intrínseca y otorgándole cierta presencia monumental a través de un aumento deliberado de su tamaño.  

La historia de la misteriosa cornisa tangente: cúpulas del s. XVIII
Al igual que en el resto de urbes, antes de que aparecieran los primeros edificios altos en Alicante, eran las cúpulas no sólo las que rompían cierta monotonía en el Skyline edificado sino las que significaban momentos especiales, normalmente “divinos”. Sería éste el caso de la Concatedral de San Nicolás, del Convento Canónigas de San Agustín o del propio Ayuntamiento de la ciudad. Aunque normalmente su peculiaridad se ha reducido al hecho de estar acabadas con teja vidriada azul, lo cual la relaciona inevitablemente con bonitas estampas de otras localizaciones en el Mediterráneo, hay un rasgo morfológico que ha sido obviado por muchos historiadores y críticos: la cornisa entre la cúpula y su tambor que describe una curva tangente a la primera y perpendicular al segundo. Es esta transición la que convierte las cúpulas de esta época del levante español -el S. XVIII, principalmente- en únicas. De hecho, en siglos posteriores vemos cómo se mantiene este rasgo identitario -abandonándose la teja vidriada azul a favor de la roja- como signo diferenciador en la Iglesia de Nuestra Señora de Gracia pero sobre todo en su uso ya no público-religioso sino en los edificios residenciales de la nueva burguesía industrial: la Casa Alberola, la Casa Bardín, la desaparecida Casa Manero o San Fernando 43, entre otras. 
Siguiendo esta secuencia, la propuesta incorpora este distintivo, sutil y sofisticado gesto formal para significar y connotar este nuevo lugar, dotando a la característica cubierta a dos aguas de una nueva imagen: extraña y familiar a la vez. 

La Bella y la Bestia
Sin embargo, la existencia de este súper tinglado amanerado no es más que una ficción ya que la propuesta pervierte deliberadamente su imagen fragmentándolo en dos partes independientes: una, alberga el centro de congresos; otra, las oficinas y aparcamiento. Cada una de ellas mantiene algunos rasgos originarios que permiten relacionarse formalmente con los tinglados, pero también con las velas, con las grúas, con los barcos, con las cúpulas… Parecen pero no son… podríamos pensar que algunas partes, incluso, están demasiado desfiguradas. Cuál es Bella y cuál es Bestia… no lo sabemos. 

Materialidades vivas
Sin embargo, esta desfiguración que desemboca en la Bella y la Bestia trata de ser sutil para que su perfil edificado no sea excesivamente violento, especialmente en un lugar como el puerto, el cual ha construido históricamente su imagen por las materialidades de sus actividades cambiantes y transitorias. La imagen del nuevo Centro de Congresos de Alicante busca situarse en esta historia de velas, redes y cabos, materiales todos ellos vivos, delicados, sensibles, de pequeña escala y muy humanizantes, dándole valor, así pues, más a su condición material y experiencial que a la formal. Es por esto que las fachadas resultantes del ficticio corte del tinglado se configuran como un paramento de miles de maromas (cuerdas gruesas) blancas que cuelgan de la cornisa superior a modo de cortina de elementos verticales. 

¿Por qué lo llaman `centro’ cuando quieren decir `palacio´? 
Estas cortinas de maromas se pliegan –de manera un poco barroca, tal vez- para recordarnos al interior de algunas “casas suntuosas, destinadas a la habitación de grandes personajes, o para las juntas de corporaciones elevadas.” Esta es una de las definiciones de palacio según la RAE. La manipulación conceptual de cortar, girar y sacar hacia fuera lo que habitualmente está dentro –en este caso, cortinas- nos permite plantear una nueva manera de representar a través de una ironía no exenta de intencionalidad: la de imaginar un `palacio de´ en vez de un `centro de´.  

A la Luz de Sempere
Por su parte, la gran cubierta resultante de la conceptualización de un `súper´ tinglado busca minimizar la violencia del impacto de su tamaño mediante su desmaterialización en estrechas bandas horizontales que, desfasadas y superpuestas, generan maravillosos efectos ambientales. Esta exaltación de la luz relaciona simbólicamente al nuevo Centro de Congresos no sólo con la obra del gran artista alicantino Eusebio Sempere (100 años después de su nacimiento) sino también con la toponimia de la ciudad sobre la que se asienta.  
   
La condición eco-doméstica mediterránea
El nuevo Centro de Congresos quiere pensarse como una gran casa. Muchos de los pintores mediterráneos de la transición del S.XIX al S.XX, en sus estampas costumbristas, nos mostraban la casa como una sucesión natural de espacios intermedios desde un interior en primer plano hasta un lejano cielo exterior. Ésta era la imagen de un transitar entre diferentes atmósferas definidas por distintos gradientes de luz, sombra y temperatura y en donde, por su conexión física y visual, se presupone la presencia de una suave brisa atravesando la casa y el mismo cuadro. En línea con esta imagen pictórica del confort adaptativo, la sección -y, en consecuencia, el interior del Centro de Congresos- se piensa como una secuencia natural de espacios intermediados por diferentes paramentos. Las grandes sombras proyectadas por los vuelos de las cubiertas o el filtrado de la luz por parte de las cortinas de maromas a modo de parras protectoras no son más que elementos que contribuyen de manera pasiva a una experiencia termo-mediterránea integral y, por tanto, ecológica. 


II EL PALACIO DE LA DIVERSIÓN (THE FUN PALACE)
Más allá de un símbolo, el tinglado portuario ha sido una tipología arquitectónica caracterizada por su gran versatilidad. En esencia, un gran espacio diáfano cubierto y fácilmente accesible, lo cual facilita la breve estancia y el movimiento ágil de mercancías. Si cambiamos la palabra “mercancías” por “personas” nos estaremos aproximando a la esencia de lo que es un Centro de Congresos. Es aquí donde la archiconocida imagen interior del fotomontaje de Mies van der Rohe de su propuesta para el Chicago Convention Hall entra en juego. Y es que un centro de congresos no es ya sólo la suma de espacios independientes en donde visitantes se sientan a escuchar a ponentes sino que es un lugar donde suceden muchas más cosas. Pensar en flexibilidad, adaptabilidad o versatilidad es fundamental en estos lugares. Es por esta razón por la que aparece como referencia contemporánea el MEETT en Toulouse de OMA. En este sentido La Bella y La Bestia organizan los 3 auditorios en una misma banda separados por grandes tabiques acústicos móviles y con una franja de gradas retráctiles que permite liberar más superficie para otros usos cada vez más habituales en estos lugares. 
Lejos de la imagen precaria asociada a las gradas retráctiles (arenas, pabellones deportivos, etc.) la propuesta contempla en su presupuesto contar con marcas como Elon Transflex de Standworks, las cuales tienen patentadas sistemas de gradas retráctiles que incluyen butacas de altas prestaciones.       
En paralelo, los escenarios se ordenan en otra banda técnica, incluyendo despachos y otros equipamientos propios, siendo servidos por un ancho corredor interior logístico así como por una franja de paseo trasera donde pueden acceder y descargar fácilmente los camiones. Igualmente, la generosa estructura espacial que hace de cubierta interior permite la instalación de multitud de equipamiento así como de cargas pesadas; todo ello con el objetivo claro de maximizar las posibilidades de uso.

III INTEGRACIÓN URBANÍSTICA

Si bien es desde el interior del propio puerto donde la propuesta adquiere una imagen más icónica, desde la ciudad ha sido la sutileza la actitud que ha guiado su integración, sobre todo teniendo en cuenta un frente marítimo sobresaturado de elementos visuales: palmeras, vehículos en movimiento, mástiles de embarcaciones, los edificios del Distrito Digital o el Panoramis. De esta manera el diseño toma dos alturas de referencia con las que relacionarse: los 19m de altura máxima del Panoramis y los 10m de altura del Distrito Digital. En el primer caso, el Centro de Congresos supera los 19m en aprox. 2m en su gran limatesa mientras que su perímetro exterior varía desde los 8 hasta los 17 pasando por los 11m. 
En el caso del edificio de oficinas, la altura constante en la parte norte es de 8m para permitir una correcta iluminación de los 4 bloques del distrito digital. En la parte sur, la del alzado principal, los 8m se mantienen constantes en un tramo de 50m hasta que empieza a subir hasta alcanzar los 17m en su esquina SE, generando un pequeño hito en la esquina al sobresalir por encima del último bloque del Distrito Digital. De esta manera, desde el Meliá o el Paseo de los Mártires las 2 cubiertas sobresaldrán ligeramente sobre los mástiles de las embarcaciones de la marina interior dibujando un pequeño gesto -extraño pero familiar a la vez- en la línea del horizonte.
En relación al espacio púbico, todo el perímetro se deja libre para el paseo con 2 particularidades: el paso del muelle 9 se cubre con las propias maromas que descuelgan del Centro de Congresos -generando una especie de espacio porticado en sombra- y el muelle 7 se ensancha 5m mediante una pasarela de madera que baja casi al nivel del mar. 
Por otro lado, la organización en línea de los 3 auditorios y división mediante tabiquería móvil permite liberar longitudinalmente la conexión visual y abrir un fondo de perspectiva al acceder desde la vía rodada y trasera del Panoramis. 
Por su parte, el edificio de oficinas descompone tanto sus llenos como vacíos según las dimensiones de los 4 bloques del Distrito Digital permitiendo, así, situar sus accesos con conexión visual directa sobre la marina interior, el frente marítimo de la ciudad y su castillo. En su lado Este, el conjunto de oficinas libera una pequeña plaza de fin de recorrido que se convierte en un maravilloso mirador hacia Alicante. En su lado Oeste también libera otra pequeña plaza que hace de antesala al gran vestíbulo de acceso al Centro de Congresos.