Pablo Manuel Millán Millán . photos: © Javier Callejas
The architectural space is defined by light and matter. Building a space is not a constructive exercise, but the process by which these two elements coexist. This project revolves around the remains of what was the hermitage of Santa Ana de Porcuna. A space battered by the vicissitudes of abandonment and aggressive interventions with the building. The main objective of the project was, by recovering and restoring the pre-existing elements, to provide the necessary spatiality to recover the essentials of a religious space.
With the entry of light in an orderly, sober and serene way, it has been possible to recover the transcendental dimension of the architecture of the church. As if it were a pantheon, a vertical oculus has been opened that tenses the space and lets in “the light that comes from above”. Given the archaeological component of the place of burials and tombs (obtained from the different archaeological excavations), the new intervention needs to recover the volumetry and also provide what is necessary to characterize this architecture as that of a religious space.
The intervention for the Church of Santa Ana en Porcuna is organized on three different fronts: archaeological excavation (with the corresponding conservation of the remains), patrimonial restoration of the emerging structures, and the incorporation of minimal contemporary architectural elements for the enhancement of the new space. Thus, with that “noli me tangere” approach we manage to make the pre-existing elements coexist with contemporary elements, knowing at all times what has been restored and what has been incorporated.
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Este proyecto incide esencialmente en el reencuentro de espacios olvidados y perdidos. Nos encontramos con un monasterio de religiosas clarisas, un edificio del siglo XVI, que había sido colmatado por viviendas tras dejar de ser espacio religioso en 1835. El proceso de ocupación llegó a desdibujar la huella del conjunto hasta el punto de encajar varias viviendas dentro la propia iglesia. Tras un proceso de adquisición de cada una de las propiedades por parte del Ayuntamiento de Bea de Segura, comenzó un proceso de documentación y estudio de las realidades materiales existentes, tanto a nivel histórico, arqueológico y arquitectónico. Concluido éste, pudimos desdibujar la huella de la traza original del monasterio y así poder plantear la idea de llevar a cabo una recuperación volumétrica tanto del espacio religioso como de las dependencias adyacentes. Cuando el proyecto surge más por un ejercicio de vaciado que por un ejercicio de adición, son los elementos existentes los que van definiendo la intervención y las nuevas incorporaciones buscan subrayar el carácter proyectual de las originales. Dado que todas las fases van dejando huella, el proceso de desvelar cada uno de los acontecimientos acaecidos en estos espacios se convierte en un proceso de redescubrir la historia. El proyecto, tras eliminar añadidos en los espacios interiores, subraya y deja cada una de las marcas fosilizadas en las paredes como parte de la historia del monasterio. En los exteriores se lleva a cabo una anastilosis a partir de diversas piezas dispersas, recuperando parte de la volumetría del antiguo claustro que daba acceso a la iglesia. Todo el proceso, tanto de proyecto como de obra, se llevó a cabo durante más de cuatro años, tiempo en el que pudimos documentar, investigar, analizar y acordar entre los diferentes agentes participantes, la solución más adecuada para la recuperación de este espacio patrimonial.