Sol89. María González y Juanjo López de la Cruz
Ayamonte is a border city bounded by two large bodies of water. To the west is the mouth of the Guadiana, a great territorial reference for the town and natural border with Portugal; to the southeast the marshes and salt flats, an extensive, changing and horizontal landscape ignored until recently due to the railway belt dismantled in the 1990s. The Congress Center is located on these lands rediscovered by the city.
The demanded program (an auditorium with 1,000 seats, two with 300 and 150, areas for congressmen and exhibitions…) could be measured on two scales: on the one hand, a cross-border and territorial scale, where the Center would function in a unitary way as a large space for congresses, we would arrive by car or bus, from an airport or another city. On the other hand, there would be a local scale: concerts in a room, a conference, traveling exhibitions…, which would require a fragmented use of the building, which would be reached on foot or by bicycle from some point in the town.
The project proposes to attend to the landscape value of the rediscovered marshland and to the unitary and fragmented double reading of the program through a large public space located inside the building. A raised and covered platform that culminates the fabric of squares and promenades that structure the river route of Ayamonte, from the Guadiana to the marshes, crosses the building, creating a void from which to view the landscape of salt flats. Like a large room open to the territory, this space dissolves the limits between the public and the private, proposing a collective place to meet protected by architecture, around it are arranged the exhibition spaces and the three large rooms, which project their roof sheltering the interior square. The interior void unites and separates at the same time, allowing the unitary and fragmented use sought. From the city, access via a generous ramp raises the level of access to the halls, hiding the great void and allowing the landscape to be seen from this versatile high plan, also avoiding further conflicts with the water table; while towards the territory, the wide landscape of marshes presses the building that is hollowed out to attend to this extensive and territorial scale.
Two large concrete acoustic halls house the large auditorium on one side of the square, and the rooms for 300 and 150 people on the other, both are joined below by the raised platform that houses the dressing rooms, pits, warehouses and the exhibition space below. On the first floor, a volume on the access ramp where the conference rooms are arranged joins the rooms again at this level, seeking a circular path. Lastly, the large-span roof that covers the auditoriums extends over the square, protecting it like a floating canopy. The complex is covered by a series of prefabricated panels of textured white concrete with vertical grooves that vibrate under the Ayamonte sun.
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Situación: Ayamonte. Huelva
Arquitectos: Sol89. María González y Juanjo López de la Cruz, con Miguel Ángel Francisco y Camilo Silva
Arquitecto Técnico: Rafael Luna
Colaboradores: Insur JG, instalaciones
NB35, estructura
Scenic Light, equipamiento escénico
Instituto de la Construcción de la Universidad de Sevilla, estudio acústico
Cliente: Ayuntamiento de Ayamonte, Diputación de Huelva y Junta de Andalucía
Superficie: 7.544 m2
Constructora: Begar S.A. y Jarquil S.A.
Concurso: 2004
Obra: 2006-2012. 2022
Fotografías: Fernando Alda y Javier Orive
Ayamonte es una ciudad fronteriza limitada por dos grandes masas de agua. Al oeste se encuentra la desembocadura del Guadiana, gran referente territorial de la localidad y frontera natural con Portugal, al sureste las marismas y las salinas, un paisaje extenso, cambiante y horizontal ignorado hasta hace poco a causa del cinturón ferroviario desmantelado en la década de los noventa. En estos terrenos redescubiertos por la ciudad se ubica el Centro de Congresos. El programa demandado (un auditorio de 1000 plazas, dos de 300 y 150, áreas de congresistas y exposiciones…) se podría medir con dos escalas: por un lado una escala transfronteriza y territorial, donde el Centro funcionaría de modo unitario como gran espacio de congresos, llegaríamos en automóvil o autobús, desde algún aeropuerto u otra ciudad. Por otra parte, existiría una escala local; conciertos en alguna sala, alguna conferencia, exposiciones itinerantes..., que precisarían de un uso fragmentado del edificio, al que se llegaría a pie o en bicicleta desde algún punto de la localidad. El proyecto plantea atender al valor paisajístico de la marisma redescubierta y a la doble lectura unitaria y fragmentada del programa a través de un gran espacio público ubicado en el interior del edificio. Una plataforma elevada y cubierta que culmina el tejido de plazas y paseos que estructuran el recorrido fluvial de Ayamonte, desde el Guadiana hasta las marismas, atraviesa el edificio generando un vacío desde el que divisar el paisaje de salinas. Como una gran sala abierta al territorio, este espacio disuelve los límites entre lo público y lo privado, proponiendo un lugar colectivo donde reunirse protegidos por la arquitectura, algo que los anglosajones explican jugueteando con el término understanding y que podría suponer una definición esencial del espacio congresual. En torno a él se disponen los espacios expositivos y las tres grandes salas, que proyectan su cubierta cobijando la plaza interior. El vacío interior une y separa a la vez, permitiendo el uso unitario y fragmentado buscado. Desde la ciudad, el acceso a través de una generosa rampa eleva la cota de acceso a las salas ocultando el gran vacío y permitiendo divisar el paisaje desde este plano alzado y versátil, evitando también mayores conflictos con el nivel freático; mientras hacia el territorio, el amplio paisaje de marismas presiona al edificio que se ahueca para atender a esta escala extensa y territorial. Dos grandes cajas acústicas de hormigón albergan el gran auditorio, a un lado de la plaza, y las salas para 300 y 150 personas al otro, ambas quedan unidas inferiormente por la plataforma elevada que acoge los camerinos, fosos, almacenes y el espacio expositivo bajo la plaza. En planta primera, un volumen sobre la rampa de acceso donde se disponen las salas congresuales une nuevamente las salas a esta cota procurando un recorrido circular. Por último, la cubierta de gran luz que cubre los auditorios se prolonga sobre la plaza protegiéndola como un palio flotante. El conjunto queda revestido por una serie de paneles prefabricados de hormigón blanco texturado con estrías verticales que vibran al sol de Ayamonte.