MAIO . fotos: © José Hevia
La piscina se sitúa en la costa de Menorca, frente a la Isla del Aire, junto a una casa preexistente. El lugar es agreste y árido, entre las rocas blanquecinas que llenan el paisaje crecen algunas plantas bajas de follaje espeso. De vez en cuando, las rocas se entremezclan con una tierra rojiza cuyo polvo lo tiñe todo.
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El límite rocoso, el horizonte del mar y el faro de la isla forman un sistema de objetos. El proyecto se introduce en ese contexto intentando asentarse entre ellos. La topografía inclinada del lugar obliga a estudiar pormenorizadamente la forma de la piscina en relación al terreno para evitar que ésta sobresalga del perfil preexistente.
La profundidad y la forma interna del vaso -sus tres areas con secciones cambiantes en las que se emfatiza la longitud, la profundidad y el ancho respectivamente-, permiten imaginar distintas formas de domesticarla. Un carril largo y profundo situado perpendicularmente al mar cruza un rectángulo de menor profundidad donde el fondo se retranquea formalizando asientos y escaleras. Los asientos acuáticos se disponen en la zona soleada, el carril mirando al mar.
Los muros se tiñen de verde para confundirse con la vegetación preexistente. El vaso interior se cubre con piezas cerámicas que decoran con un motivo de cruces, de nuevo, el fondo del agua.