Eduardo Castillo . + plataforma arquitectura
Usamos la exigencia normativa que obliga a la construcción de una fachada continua en el sitio para generar un cinturón perimetral que defina de manera clara los límites del terreno y su relación con el espacio público.
Por un lado, mantenemos una transparencia a nivel peatonal otorgando vida a través de actividades directamente asociadas a la calle y al mismo tiempo, producimos una opacidad en los niveles superiores para salvaguardar un interior que debe ser descubierto traspasando el sitio en todos sus niveles. Esta fachada continua está concebida en nuestro proyecto como una especie de PIZARRÓN URBANO, el cual se propone intervenir mediante grafitis.
Buscamos con esto enfatizar la idea que el edificio es un soporte para actividades artísticas o eventos que introducen un dinamismo particular en su interior, y a su vez, promover un arte de escala urbana que particularmente en el Barrio Bellavista, en el Barrio Yungay y en el de Estación Central se da con una calidad inusitada. Esta fachada es una especie de tatuaje o camuflaje, el cual le permitirá al CGCB cambiar de aspecto y renovarse a lo largo del tiempo, como también, protegerse de intervenciones casuales. El mejor ejemplo para de este tipo de intervenciones ha sido realizado por Roberto MATTA en la piscina Municipal de La Granja.