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María Aranguren

XCIV . 2012

+ María Aranguren . galería astarté

Entrar en el discurso de la pintura desde una mirada extraviada, por lo general supone la sumisión de dicha mirada al concepto de forma. En la forma, entonces, aparecería ese relato, pues el “sentido” se conformaría bajo la preeminencia de la mirada. Y otro sentido, el de la vista, determinaría satisfecho, resignado y calmado en su estoicismo, aquello que se dice formalmente en la pintura. Las obras de arte estarían ahí como lugares a partir de los cuales es posible traducir sus distintas variaciones compsitivas, las diferentes actuaciones técnicas llevadas a cabo, y, en consecuencia, la percepción abrazaría a la forma como una presencia.
Esa presencia es la que ha estado siempre existiendo en la poética de María Aranguren.
Ricard Silvestre para galería astarté

Tránsito . 2013

Espejo 1 . 2012

Vanitas 2 . 2013

Blanco plata . 2008

Sin título . 2008