El proyecto entiende que la herramienta fundamental para resolver la problemática del entorno y que al mismo tiempo articulará el papel que debe desarrollar la Fundación, es el espacio público. La propuesta entiende el edificio como un desarrollo del mismo, en el que no se percibe dónde acaba uno y empieza el otro. Esto permite que de manera natural se resuelvan conexiones con el jardín interior, con el Templo y área arqueológica y las propias del edificio.
Partiendo del carácter escondido de la manzana, de los desniveles topográficos y el diálogo con los edificios medianeros, se genera un recorrido excavado continuo que atraviesa el edificio, creando una calle interior, que sirve también de lugar de exposición, da acceso a sus zonas de exposiciones y excava la fachada al modo de una grieta creando un espacio entre exterior y interior, de transición entre el espacio publico de la calle y el espacio publico del huerto y que irá acompañado del carácter matérico tan presente en los muros y tapias del entorno.
Esto mismo se repite a lo largo de todo el recorrido propuesto en el interior de la MSP, poniéndolo en valor, unas veces con muros existentes y otras con los nuevos que surgen de la simple resolución de los niveles.
La nueva actuación, tanto en el edificio como en el interior de la manzana se resuelve con unas versátiles piezas de cerámica blanca que proporciona el carácter de masa presente en la zona y permite un tratamiento unitario en las diferentes construcciones que se lleven a acabo, sean permanentes o efímeras.
