origen: gracias a Rueda Pizarro Arquitectos . Fotos: Miguel de Guzmán
Construir en entornos como el Ensanche de Vallecas supone descubrir nuevos códigos, dialogar más que con los “hechos urbanos” de la ciudad consolidada que Aldo Rossi describía en el libro ARQUITECTURA DE LA CIUDAD, con los nuevos monumentos de la “ciudad entrópica” retratada por Robert Smithson a finales de la década de los 60 en un artículo en ARTFORUM: nudos de autopista, grandes superficies de aparcamiento, plataformas de bombeo, vacios… una ciudad como describía R. S. llena de “agujeros y ausencias monumentales, en comparación con Nueva York que parece compacta y sólida”(“Un recorrido por los monumentos de Passaic”, Robert Smithson, Nueva Jersey, Artforum 1968.)
Las decisiones se toman con parámetros más próximos a las leyes de la Termodinámica y a modelos teóricos del campo de la física que a otros conceptos tradicionales: paisaje entrópico o belleza termodinámica son algunos de los nuevos códigos a los que recurrimos para el desarrollo de este edificio.
Con estas premisas, pretendemos establecer un compromiso entre el respeto riguroso de las reglas del juego urbanístico (una volumetría de manzana cerrada absolutamente preconfigurada) y el estudio en profundidad de la misma para encontrar las clave que permitan dotar de identidad al volumen arquitectónico. Establecemos una serie de operaciones en el sólido capaz dado por la normativa que pretenden conseguir unas viviendas con un mayor confort climático, térmico y lumínico:
1.- El volumen se desocupa en la fachada noreste para conseguir la mayor superficie posible de fachada con buena orientación (sur) y ajustar el exceso de edificabilidad.
2.- Se baja la altura de la fachada sur y se crea un plano inclinado para conseguir un mayor soleamiento en las fachadas menos favorables.
3.- La planta baja se retranquea 2.85 metros para salvar el chaflán y crear un espacio ajardinado previo que permite tener una mayor privacidad en las viviendas situadas en planta baja.
4.- De la planta sexta a la octava se inclina la fachada, configurando una envolvente continua que resuelve el problema de los áticos retranqueados y el chaflán de planta baja de la misma manera.
La volumetría se completa con un sistema de ahorro energético y protección climática del sistema constructivo: 1. Diseño de huecos captadores de calor a sur y huecos protectores a norte, reforzados con la situación de los armarios en fachada para aumentar el asilamiento. 2. Sistema de aislamiento exterior, que envuelve todo el edificio como un “edredón”, y mantiene la masa del cerramiento en el interior aumentando la inercia térmica y, por tanto, la estabilidad de temperatura. También elimina puentes térmicos de la estructura.3. Refuerzo para conseguir agua caliente y calefacción con paneles solares en cubierta.
Arquitectos: María José Pizarro, Óscar Rueda.
Colaboradores: Alberto Galindo, Ramiro Losada, Laura Montero, Gonzalo del Val
Fotos: Miguel de Guzmán
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