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Francisco Mangado

New Exhibition Hall Liège Expo

Francisco Mangado | Mangado y Asociados

Fair premises resulting from a 2019 competition – in the city of Liège, in Belgium’s French-speaking Walloon Region – have opened on the banks of the river Meuse. A work of the Navarrese practice of Francisco Mangado, in collaboration with the Belgian firm Archipelago | baev, the new exhibition and convention center was designed in a way that tackled the problem of crowds during very specific spans of time, and also that of enabling fast and efficient organization of exhibition spaces, minimizing movements and montage times.

The square where the entrance is located regenerates the immediate urban context, and can itself be used for exhibits. The visitor steps into the foyer that opens out to the plaza, and from here on, the floor plan presents a central arrangement of all the halls, which can therefore be easily and quickly joined or separated. Excluded from this central joint arrangement is a 1,000-square-meter hall at the south end of the plaza.
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El proyecto tiene por programa la construcción de un recinto ferial en la ciudad belga de Lieja, con una superficie total de 20.300 m². Se ubica en un lugar de tránsito entre una zona industrial del extrarradio y un área con torres de viviendas construidas en los años sesenta para albergar la población de emigrantes procedentes en su mayoría del sur de Europa. El solar es un lugar desdibujado, fruto del derribo de unos edificios industriales preexistentes y con un suelo que ha sido objeto de intensas y costosas operaciones de descontaminación. En la zona existen pocas dotaciones y una urbanización de poco valor pero que cuenta, sin embargo, con unas piezas de arquitectura moderna muy reseñables y un indudable potencial urbano.

Un recinto ferial sirve para albergar muchas actividades y eventos. Se rige, habitualmente, por criterios de eficacia y circulaciones. Se supone que los espacios, más allá de tener intenciones arquitectónicas deben ser lo suficiente anodinos para no interferir con esa eficacia. Solo se pide hacer grandes cajas vacías, sin jerarquías, que almacén con orden las grandes muestras a celebrar, habitualmente multitudinarias, repletas de visitantes que, en la mayoría de los casos solo valoran la claridad de los recorridos sin mostrar empatía alguna por una arquitectura cuyo objetivo es no existir. Por supuesto nunca se espera que el proyecto haga reflexiones arquitectónicas que afecten a la idea del contexto. La ubicación ideal esta siempre en el extrarradio, en no lugares.

El proyecto participa, como algo obvio, de los planteamientos de eficacia que, relacionados sobre todo con la logística y la movilidad masiva de visitantes, hayan de tenerse en cuenta. Sin embargo, entiende que en modo esta actitud es suficiente. El carácter que dé lugar de transición tiene el solar que ocupamos, nos brinda la oportunidad de ir más allá y hacer una propuesta arquitectónica con la aspiración de que el edificio ayude a transformar y a conformar con calidad urbana el entorno inmediato.

La solución propone ubicar en la orientación que mira a las viviendas, que es además por donde se producirá el acceso público de visitantes desde la ciudad más consolidada, toda aquella parte del programa con vocación ciudadana, más pública. Los accesos logísticos, siempre pesados, con más interferencias y molestias, se harán directamente al interés desde el extremo opuesto, junto a la zona más industrial. En medios quedan todas así grandes zonas de exposiciones.

Los usos públicos, el acceso, los restaurantes y cafeterías, las oficinas y algún área de exposiciones menos masiva, forman dos brazos abiertos que definen una plaza de acceso al nuevo recinto ferial. Una decisión que por sí sola, en el caso que nos ocupa, transforma aquello que estaba llamado a ser un gran «almacén visitable» en un edificio con voluntad arquitectónica y con el objetivo de cualificar un entorno urbano ahora sin valor en la ciudad. La llegada del tranvía a esta zona, proyecto que estaba previsto y que se ha ejecutado simultáneamente con las obras del recinto ferial, tranvía que trae a los visitantes y que para junto a esta plaza, no hace sino abundar en el interés de esta decisión más de naturaleza urbana que arquitectónica.

La plaza así creada, cerrada en tres de sus lados y abierta hacia la ciudad, busca una relación escalar adecuada con un edificio de grandes dimensiones, a la vez que crea un espacio donde se ofrece la oportunidad de realizar eventos multitudinarios, conciertos, espectáculos…distintos y abiertos a todos los ciudadanos. Su perímetro alberga usos, especialmente los restaurantes y cafeterías que, aunque dependientes de la gestión del recinto ferial, pueden también atender a los vecinos del barrio especialmente durante el fin de semana, cuestión esta de gran interés tanto desde el punto de vista de la gestión económica como por lo que significa de servicios para una población que, ahora, no los tiene próximos. Un espacio en definitiva, que también dota de dignidad arquitectónica a un edificio que, a pesar de lo indicado, no deja de ser significativo para ciudad de Lieja y una suerte de «embajador» para los visitantes.

Por lo demás todo es muy sencillo. Las áreas de exposiciones, de grandes dimensiones son dos que a su vez pueden quedar unidad en una sola. El tipo de eventos a realizar son de todo tipo (para hacernos una idea, el último ha sido u  campeonato nacional de Hípica.) el acceso logístico a las mismas es por la parte posterior o por los laterales. Los camiones deben poder acceder hasta el interior). La estructura, metálica cubre luces de hasta ochenta metros. Las instalaciones, vista buscan el orden. El interior es de hormigón visto en su mayoría. El exterior, fachadas y cubiertas de paneles metálicos prelacados.