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TBA . MRM

39 households Entremutilvas . Mutilva

Taller Básico de Arquitectura . MRM arquitectos . photos: © Pedro Pegenaute

In Mutilva, a town belonging to the municipality of Valle de Aranguren, Navarre, this social housing development takes an L shape opening out to views of the landscape while shielding itself from north winds.

Rising on a concrete base, the building unfolds in two facets. One presents continuous balconies that show the timber structure and face a new garden of lavenders. They serve as anterooms to contiguous living rooms and kitchens that get natural light through glazed panes. The second facet features bedrooms protected by vertical slats and horizontal slots in blackened wood.

The slope of the site shapes the common accessway to the units and the larger first balcony. The level difference at the north end of the street becomes the entrance to the garage, with its combination of concrete and wood.
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En el paraje de Entremutilvas (Navarra) se encuentran las últimas construcciones de una población en crecimiento y los edificios comerciales y de oficinas que flanquean los accesos a la carretera que lleva a Francia. El proyecto se sitúa entre ambos.

Su volumen en forma de L deja en una comprometida orientación suroeste a su convexidad y sureste en su concavidad. En dicha convexidad la ciudad se acerca con un paseo verde, llamado Plaza de Ezkoritz. Al otro lado, mirando al sureste, se descubre la vida de un comercio que necesita siempre del coche. Para unir ambos mundos, se abre un paso al suroeste que da acceso a la plaza interior de aquella L donde se encuentran jóvenes y mayores y que recoge los tres portales propuestos.

Ambas orientaciones sufren de un claro problema de deslumbramiento solar y de sobrecargas térmicas consecuencia de éste. Para resolver esto, el proyecto retrasa de las alineaciones previstas las estancias de las viviendas, alumbrando una galería convertida en una última habitación. Una habitación abierta, a caballo entre la intimidad del interior y aquel exterior tan soleado y público, que replica los muros de la fachada interior logrando, por su posición geométrica, salvar al interior de aquel deslumbramiento y sobrecarga térmica y permitiendo a la vez mejores vistas. Las 39 viviendas edificadas, todas de doble orientación o de esquina, disfrutan de esta última habitación que extiende y amplía la casa sobre su propio límite.

El encuentro del mundo doméstico y el comercial promueve también una reflexión sobre el encuentro de sus escalas. La escala de la ventana doméstica se enfrenta a la escala de naves casi ciegas. Para resolver dicho encuentro, el proyecto transforma las cuatro plantas propuestas en dos dobles plantas separadas por sendos planos de hormigón. El encuentro con el suelo, donde se instalan las oficinas, queda como basamento del conjunto. Su suma se corona con el mismo plano de hormigón que ahora vuela, sobre el que se construye una cubierta a dos aguas.

La galería orientada a las fachadas sureste y suroeste, se convierten en el elemento clave para el diseño bioclimático del edificio. La profundidad de esta habitación exterior y la disposición de los cerramientos verticales permite matizar la incidencia directa del sol en las horas más calientes del verano en estas orientaciones tan complicadas, mientras que aprovecha el sol más tendido del invierno y los meses más fríos de otoño y primavera. El uso de materiales inerciales como el ladrillo permite controlar el posible sobrecalentamiento. La compacidad del volumen, por el contrario, minimiza las pérdidas de calor en invierno.