Beatriz Borque . Miquel Mariné
The Antònia Vilàs gardens are located in the Barceloneta neighbourhood, on a plot bordered by Balboa and Ginebra Streets and two residential buildings. Barcelona City Council plans to create a new public space through a citizen participation process. As a result, a needs program and the first drafts of the project are generated. The participation sessions serve to define the new character of this space. This must be a garden where there are spaces to play, spaces to be, a fountain and an enclosure where several cooperatives in the neighbourhood can plant a vegetable garden.
To the sum of requirements from the residents, the conditions of the technical services of the City Council are added, such as the accessibility of people and maintenance vehicles and others; the relationship with the neighbouring buildings, both from the point of view of the views of the garden towards the building and of the houses towards the garden; and other environmental factors specific to the site such as sunshine and topography.
With all these premises, the project is conceived as a succession of smaller-scale spaces where a whole series of elements capable of being game elements and expressly designed are strategically placed within this elongated lot. This succession of spaces forms a zigzag concrete pavement route that crosses the entire garden and goes from street to street, making the entire garden accessible. The different episodes aim to recreate possible sequences and experiences that can be had in a garden. Scenes are constructed in a variety of ways, either from vegetation; of carpets on the soft floor in gravel, sand or earth; of the various metallic elements; of rubber topographies that emerge from the ground; of real rocks that go from being stranded on the sand to climbing up a scratched concrete wall; or of a future vegetable roof supported by two cross porticoes. The playful design of space allows us to create a new conception of public space where the various elements that make it up do not necessarily have a single defined function and where the various elements can be used differently by different users. In this sense, it aims to be an allegation of public space as a place where children and adults can meet and live experiences freely.
Vegetation is one of the most important materials present in the site in order to enhance the character of the garden, always under the premise that the use of vegetation does not invalidate the use of space. This is why the carpets of vegetation are strategically placed in order to create the different atmospheres of the scenes. In the case of the longitudinal limits of the space, a vegetable hedge formed by eugenias, pomegranate trees, choisyas and Japanese quince separates us from the residential buildings. The mostly deciduous aerial vegetation such as the trees (tamari and sophoras), the palm tree and the vegetable pergola formed by wisteria and bignonia, will filter the sunlight and generate in the coming years, apart from privacy regarding views from above, a good atmosphere in the garden.
The chromaticism of the garden varies throughout the year, enhancing the idea of different episodes thanks to the vegetation. Species with deciduous leaves or with coloring in their leaves such as forsythia, wisteria or nandina are an example. The chromaticism given by the vegetation is added to those of the elements and pavements of the garden where the colours are present.
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Nombre: Jardines Antònia Vilàs
Ubicación: Calle Balboa nº36, Barceloneta
Población: Barcelona
Tipología: Espacio público
Fecha de inicio de la obra: diciembre de 2017
Fecha de finalización de la obra: julio de 2018
Superficie: 810 m2
Autores: Beatriz Borque + Miquel Mariné
Colaboradora: Maria López
Estructuras: CODI
Constructora: Oprocat
Jardinería: Jardinería Bosch
Los jardines Antònia Vilàs se encuentran en el barrio de la Barceloneta, en un solar que limita con las calles de Balboa y Ginebra, y dos edificios residenciales. El Ayuntamiento de Barcelona plantea crear un nuevo espacio público mediante un proceso de participación ciudadana. Fruto del mismo se genera un programa de necesidades y los primeros bocetos del proyecto. Las sesiones de participación sirven para definir el carácter nuevo de este espacio. Este debe ser un jardín donde haya espacios de juego, espacios para estar, una fuente y un recinto donde varias cooperativas del barrio puedan plantar un huerto. A la suma de requerimientos por parte de los vecinos se añaden los condicionantes de los servicios técnicos del Ayuntamiento como la accesibilidad de personas y vehículos de mantenimiento y otros; la relación respecto a los edificios vecinos, tanto desde el punto de vista de las visuales del jardín hacia el edificio como de las viviendas hacia el jardín; y otros condicionantes ambientales propios del lugar como el asoleo y la topografía. Con todas estas premisas, el proyecto se plantea como una sucesión de espacios de escala más pequeña donde toda una serie de elementos susceptibles de ser elementos de juego y diseñados expresamente se colocan estratégicamente dentro de este solar alargado. Esta sucesión de espacios van configurando un recorrido de pavimento de hormigón en zigzag que cruza todo el jardín y va de calle a calle, haciendo todo el jardín accesible. Los diferentes episodios tienen la voluntad de recrear posibles secuencias y experiencias que se puedan tener en un jardín. Las escenas se construyen de diversas maneras, ya sea a partir de la vegetación; de las alfombras del pavimento blando en gravilla, arena o tierra; de los diversos elementos metálicos; de topografías en caucho que surgen del suelo; de rocas reales que pasan de estar varadas sobre la arena a subir por una pared de hormigón raspado; o de un futuro techo vegetal soportado por dos pórticos en cruz. El diseño del espacio a través del juego nos permite crear una nueva concepción del espacio público donde los diversos elementos que lo conforman no tengan necesariamente una única función definida y donde los diversos elementos puedan ser usados de manera diferente por los diferentes usuarios. Pretende ser en este sentido un alegato del espacio público como un lugar donde niños y adultos puedan encontrarse y vivir experiencias libremente. La vegetación es uno de los materiales más importantes y presentes en el lugar para potenciar el carácter de jardín, siempre bajo la premisa de que el uso de la vegetación no invalide el uso del espacio. Es por eso que los volúmenes vegetales están estratégicamente colocados para crear las diferentes atmósferas de las escenas. En el caso de los límites longitudinales del espacio, un seto vegetal corrido conformado por eugenias, granados, choisias y membrillos japoneses nos separa de los edificios residenciales. La vegetación aérea mayoritariamente caduca como los árboles (tamarindos y sóforas), la palmera y la pérgola vegetal formada por glicinas y bignonias, filtrará la luz solar y generará en los próximos años, además de privacidad respecto a las visiones desde arriba, una buena atmósfera en el jardín. El cromatismo del jardín varía a lo largo de todo el año potenciando así la idea de episodios diferentes gracias a la vegetación. Especies de hoja caduca o con coloración en sus hojas como la forsitia, la glicina o la nandina son un ejemplo. El cromatismo dado por la vegetación se suma al de los elementos y pavimentos del jardín donde los colores están presentes.