Inspired by vernacular architecture and using local and ecological materials, the social housing building blends environmental and social strategies aiming for sustainability. The patios, gardens, and living streets encourage social interactions and enhance the building’s thermodynamic performance.
The elevated streets feature a sequence of small courtyards to provide cross-ventilation and lighting to the homes that flank both sides of the walkway, while the remaining homes are through-units with dual orientation. The space-forming structure consists of load-bearing walls, articulating the floor plan diagonally. The housing typology does not distinguish between day and night areas, separating the rooms, each at one end of the floor plan, while the through-living room connects both facades, concatenating different spaces without losing the unity of the area through long diagonal sight lines. The living room and kitchen extend the center of gravity of the floor plan, looking outward through two intermediate spaces: a sun-catching terrace on the facade, serving as a winter garden, and a wooden lattice screen to achieve privacy on the walkway.
The atmosphere of the village, characterized by marés sandstone walls with hidden gardens behind them, has greatly influenced both the choice of materials and the building’s design. The plot’s location on the edge of the village, its proximity to the historical centre, and the small scale of the neighbouring plots suggest a dual-scale approach. The building is articulated in two volumes, aligning with the perimeter streets, the facade frontage is reduced to minimize its impact on the old town. This approach creates two diagonal voids at opposite corners of the plot. Two courtyards, one mineral and the other vegetal, that serve as intermediate spaces with distinct character, accompanying both entrances and the communal rooms of the building. The volume is staggered in response to the plot’s slope. The inclined Arabic tile roofs, the facade openings, and the walls extending the building’s base are key to its integration into the surroundings. The walkway aggregation creates elevated streets that mirror the village streets’ proportions, promoting social interactions among residents.
The facade is designed with self-supporting local sandstone (mares), 10cm thick, which increases to 20cm to form openings and linteled arches, and 40cm in the walls. Two types of stone are used: a harder, heavier, and more resistant white stone for areas in contact with the ground, and a lighter, sandier type for the upper parts.
The load-bearing walls have been built with ceramic pieces baked with biomass from the local industry, using hollow H20 bricks. Given the low apparent density of this material, the bricks were placed with their hollows vertically to fill them with sand, thereby increasing their mass and inertia. This solution addresses acoustics between neighbors with a single layer. To properly seal the joints and provide hygrothermal properties to the wall, it has been coated on both sides with a lime mortar plaster of at least 15mm thickness.
The white concrete slabs are lightened, revealing the in-situ ribs of unidirectional logic. The formwork has been reused as the base for the structure of the sloping roof.
The walkways are resolved with a 10cm thick cork ETICS –External Thermal Insulation Composite Systems, coated with lime plaster.
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Inspirado en la arquitectura vernácula y utilizando materiales locales y ecológicos, el edificio de viviendas sociales combina estrategias ambientales y sociales que apuntan a la sostenibilidad. Los patios, jardines y calles habitadas fomentan las interacciones sociales y mejoran el rendimiento termodinámico del edificio. Las calles elevadas presentan una secuencia de pequeños patios para proporcionar ventilación cruzada e iluminación a las viviendas que flanquean ambos lados de la pasarela, mientras que las viviendas restantes son unidades pasantes con doble orientación. La estructura generadora de espacios está formada por muros de carga, articulando la planta en diagonal. La tipología de vivienda no distingue entre zonas de día y de noche, separando las habitaciones, cada una en un extremo de la planta, mientras que el salón pasante conecta ambas fachadas, concatenando diferentes espacios sin perder la unidad del espacio a través de largas líneas diagonales de visión. El salón y la cocina prolongan el centro de gravedad de la planta, mirando hacia el exterior a través de dos espacios intermedios: una soleada terraza en fachada, que sirve como jardín de invierno, y una celosía de madera para conseguir privacidad en la pasarela. El ambiente del pueblo, caracterizado por muros de marés con jardines escondidos detrás, ha influido mucho tanto en la elección de los materiales como en el proyecto del edificio. La ubicación de la parcela en las afueras del pueblo, su proximidad al centro histórico y la pequeña escala de las parcelas vecinas sugieren un enfoque de doble escala. El edificio se articula en dos volúmenes, alineándose con las calles perimetrales, el frente de fachada se reduce para minimizar su impacto en el casco antiguo. Este enfoque crea dos vacíos diagonales en esquinas opuestas de la parcela. Dos patios, uno mineral y otro vegetal, que sirven como espacios intermedios con carácter diferenciado, acompañando tanto los accesos como las estancias comunes del edificio. El volumen se escalona en respuesta a la pendiente de la parcela. Las cubiertas inclinadas de teja árabe, los huecos de fachada y los muros que prolongan la base del edificio son claves para su integración en el entorno. La agregación de pasarelas crea calles elevadas que reflejan las proporciones de las calles del pueblo, promoviendo las interacciones sociales entre los residentes. La fachada se proyecta con arenisca local autoportante (yeguas), de 10cm de espesor, que aumenta hasta 20cm para formar vanos y arcos adintelados, y 40cm en los muros. Se utilizan dos tipos de piedra: una piedra blanca más dura, pesada y resistente para las zonas en contacto con el suelo, y otra más ligera y arenosa para las partes superiores. Los muros de carga se han construido con piezas cerámicas cocidas con biomasa procedente de la industria local, utilizando ladrillos huecos H20. Dada la baja densidad aparente de este material, los ladrillos se colocaron con sus huecos en vertical para rellenarlos de arena, aumentando así su masa e inercia. Esta solución aborda la acústica entre vecinos con una única capa. Para sellar correctamente las juntas y dotar de propiedades higrotérmicas a la pared, se ha revestido por ambas caras con un revoque de mortero de cal de al menos 15mm de espesor. Las losas de hormigón blanco se aligeran, revelando las nervaduras in situ de la lógica unidireccional. El encofrado se ha reutilizado como base de la estructura de la cubierta inclinada. Las pasarelas se resuelven con un SATE – Sistemas Compuestos de Aislamiento Térmico Exterior de corcho de 10 cm de espesor, revestido con revoque de cal.