0

SAU

Two wooden family houses . Vidrà

SAU Taller de Arquitectura . photos: © Andrés Flajszer

Located in Vidrà, in the beautiful middle of the Bisaura, halfway between the regions of Osona, Ripollès and Garrotxa, two semi-detached houses are being planned. The property, located on the Font street, has a challenging topography with more than 4 metres of north-south slope. The road, on the south façade, has a gradient of more than 20% and surrounds the house until it ends in an open space that is significantly flatter to the north, a very pleasant place to be in summer. On the other hand, the site enjoys a very good orientation, with all-day sunshine and privileged views over the landscape, the Bisaura mountains, the village and, above all, the church and its bell tower.

This project has been promoted by the Vivet de Vidrà woodwork company, the owner of the site. The main objectives of the project are, on one hand, to achieve low environmental impact and high energy efficiency; on the other, to provide a high quality project at a competitive cost and, finally, to propose an architecture fully integrated into the landscape.

In order to achieve this triple approach, it is considered:

In first place, to work with bare, neutral materials; with the intention of making the most of the features of each one reducing the environmental impact in the building process. Therefore, a large concrete plinth is proposed that resolves the differences in level of the site and, once executed, the entire project is developed with dry construction using a plywood structure, interior finishes of three-layer fir panels, wooden fibre insulation and a ventilated façade with a wood-cement composite panel. Furthermore, it is committed to minimise the number of openings and, those that are essential, are located strategically in order to achieve good solar radiation and avoid losses. In this way, the houses behave extremely well since there are almost no heat channel breakage, reducing to a minimum the energy consumption throughout their useful life.

Secondly, priority has been given to standardisation and BIM modelling. The entire organisation of the interior space follows the 1.25 modularity of the panels. This avoids material waste and reduces costs significantly. This means that almost no waste is generated on site. On the other hand, the floor plan is an exercise in programmatic efficiency. As little space as possible has been built while maintaining spatial quality. There are no useless circulation areas; the entire floor is organised around a wet core that groups together bathrooms, kitchen and all services (hot water, heating, electricity and data, drainage…). In this way we find a high-tech central space, which liberates the façades from technical commitments beyond insulation.

Finally, the design and material strategy is a consequence of the interpretation of the Bisaura landscape. Not only the timber, tiles and composite façade panels evoke the countryside and its appearance, but also the volume itself, the small vertical openings, the large openings on the south façade, almost like escapes, stand out. The volumetric impact of an almost abstract piece rooted in the landscape, like the large 19th-century farmhouses so characteristic of Vidrà, is highlighted.

In conclusion, this is a project that, beyond environmental requirements and execution costs, provides an effective solution to the basic needs of living a small shelter that meets the emotional capacity of architecture.
_

Situadas en Vidrà, en el bello medio del Bisaura, el Prepirineo catalán, a caballo entre Osona, el Ripollès y la Garrotxa, se plantean dos casas adosadas.

La parcela, situada en la calle de la Font, tiene una topografía exigente con más de 4 metros de desnivel en el eje norte-sur. El vial, a la fachada sur, tiene una pendiente que supera el 20% y rodea la casa hasta desembocar en un espacio libre sensiblemente plano a Norte que resulta muy agradable en verano. Por otro lado, la parcela se beneficia de una muy buena orientación, con soleamiento todo el día y disfrutando de unas vistas privilegiadas al paisaje; a las montañas del Bisaura, el pueblo y, sobre todo, a la iglesia y su campanario.

Este es un proyecto promovido por la Carpintería Vivet de Vidrà, propietaria del solar. Los principales objetivos del proyecto son, por un lado, conseguir bajo impacto ambiental y alta eficiencia energética; Por otro, ofrecer un producto de alta calidad a un coste competitivo y finalmente, plantear una arquitectura integrada en el paisaje.

Para resolver este triple objetivo, se plantea:
En primer lugar, trabajar con materiales desnudos, neutros; con la idea de aprovechar al máximo las características de cada uno de ellos y reducir el impacto ambiental en el proceso de construcción. Así, se proyecta un gran zócalo de hormigón que resuelve los desniveles de la parcela y, una vez ejecutado, se desarrolla todo el proyecto con construcción en seco a base de una estructura de madera laminada, acabados interiores de paneles de tricapa de abeto, aislamiento de fibras de madera y fachada ventilada con panel de composité madera-cemento. Además, se apuesta por minimizar las aperturas y, las imprescindibles, colocarlas estratégicamente para conseguir buena radiación solar y evitar pérdidas. De este modo, las casas se comportan fabulosamente bien puesto que casi no hay puentes térmicos, reduciendo al mínimo los consumos durante toda su vida útil.

En segundo lugar, se ha priorizado la estandarización y el modelado BIM. Toda la organización del espacio responde al módulo de 1,25 de los paneles. De este modo se evita el dispendio de material y se reducen considerablemente los costes. Derivado de este punto se consigue que  apenas se genera residuo en la obra. Por otro lado, la planta es un ejercicio de eficiencia programática. Se ha construido el mínimo posible sin renunciar a la calidad espacial. No hay espacios de recorrido sin uso; Toda la planta se organiza alrededor de un núcleo húmedo que agrupa baños, cocina y todos las servicios (montantes de agua caliente, calefacción, electricidad y datos, desagües...). De este modo encontramos un espacio central muy tecnificado y así se liberan las fachadas de compromisos técnicos más allá del aislamiento.

Finalmente, la estrategia formal y de materialidad es una consecuencia de la lectura del paisaje del Bisaura. No solo la madera, la teja y el panel de composité de la fachada evocan al paisaje y a su materialidad sinó que, además, destaca el volumen en sí; las aperturas, pequeñas y verticales; los grandes agujeros a fachada sur, casi como salidas. Destaca la contundencia volumétrica de una pieza casi abstracta anclada al paisaje, como las grandes masías del siglo XIX, tan características de Vidrà.

En definitiva, se trata de un proyecto que, por encima de los requerimientos ambientales y de costes de ejecución, dan respuesta eficiente a las necesidades básicas de habitar: un pequeño refugio que no renuncia a la capacidad emotiva de la arquitectura.