SEBASTIÁN ARQUITECTOS . photos: © Irene Ruiz / Sebastián Arquitectos
The headquarters of the Mutua de Accidentes de Zaragoza is located in a group of buildings that are grouped on the corner of Calle Sancho y Gil and Calle San Miguel in the historic center of Zaragoza. The main access is through the building that Teodoro Ríos built. Due to program adaptation needs, an extension is required, for which the MAZ once again recovers the old adjoining maternity block, designed by Lorenzo Monclús in 1966, and which would later be conditioned as a municipal music conservatory until it was abandoned. That block was formed as an element of seven floors, not very generous in size, which were organized around a central courtyard that ran the entire height of the building. Its modulated brick facade established in the street a visual reference typical of a new time that was advancing contemporaneity.
The rehabilitation project is planned from the respect to that central patio, as the main element capable of articulating the entire section of the building, stitching it through a magical void of reflections and light that reach the ground floor. The strip of the interior patio also separates the two natures of the work space, a landscape office open to Calle San Miguel, and a block of individual and meeting offices that are shown as an interior façade, a building within the building.
Both natures, whose difference is also manifested in the material treatment, are united and communicated by a system of staggered walkways that pattern the void and visually relate the different levels, providing a great spatiality to the whole that was not previously available.
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SEBASTIÁN ARQUITECTOS / Sergio Sebastián
Architects / collaborators: Alejandro Alda, Giorgio Bernardi, Laura Martínez, Valeria Gasparini, Michela D´Angelo, Joanna Statucka
Technical architects: Carlos Ruiz , Mario Galán, Pablo Sebastián
Structural assistants: Matute Manrique, José Ángel Pérez Benedicto. Installations: Pilar Fiteni – Prodia. Furniture: Atri
Promoter: Mutua de Accidentes de Zaragoza
Builder: Acciona
Photographs: Irene Ruiz / Sebastián Arquitectos
Area: 2500 sqm.
La rehabilitación y puesta en uso de los edificios en abandono en el centro de nuestras ciudades es, sin duda, uno de los retos actuales a los que la arquitectura debe dar solución. Las nuevas oficinas de MAZ se mantendrán en el corazón de Zaragoza, en un edificio rehabilitado en la calle San Miguel, concebido originalmente por Loreno Monclús en 1967 como maternidad y que, previo a su abandono, pasó a ser el conservatorio de música. La intervención en este edificio amplía y se suma al heterogéneo complejo ya existente del que dispone la mutua, compuesto por los edificios de Marcelino Securun de 1928, la ampliación de Teodoro Ríos en 1936, agrupadas en la calle Sancho y Gil. El bloque del conservatorio se conformaba como un elemento de siete plantas, de no muy generosa dimensión, que se organizaban en torno a un patio central que recorría toda la altura del edificio. Su fachada modulada de ladrillo establecía en la calle un referente visual propio de un tiempo nuevo avanzado por la modernidad. El proyecto de rehabilitación se plantea desde el respeto a ese patio central, como elemento principal capaz de articular toda la sección del edificio, cosiéndola a través de un vacío mágico de reflejos y luz que llegan hasta la planta baja. La franja del patio interior separa además las dos naturalezas del espacio de trabajo, una oficina paisaje abierta a la calle San Miguel, y un bloque de despachos individuales y de reunión que se muestran como una fachada interior, como un edificio dentro del edificio. Ambas naturalezas, cuya diferencia se manifiesta también en el tratamiento material, quedan unidas y comunicadas por un sistema de pasarelas contrapeadas que pautan el vacío y relacionan visualmente los distintos niveles, aportando una gran espacialidad al conjunto, de la que antes no disponía. La intervención en la envolvente exterior recoge el mismo objetivo de traer la luz al suelo, en este caso a la angosta y oscura calle San Miguel, mediante unos huecos tridimensionales orientados como un caleidoscopio que reflejan el cielo y se integran en la fachada original, actualizando su imagen desde el respeto por la preexistencia. Además del bloque de San Miguel, en el antiguo patio trasero en desuso del edificio histórico se amplía el programa general de planta baja con una nueva zona de usos diversos para ampliar las prestaciones del espacio para los trabajadores. La estrategia empleada, similar a la aplicada en el antiguo conservatorio, ha consistido construir una nueva atmósfera espacial, abierta y amplia, a través de mecanismos de reflejos y patios de vidrio que multiplican el angosto ámbito del que se disponía. Tres patios verdes invaden el espacio continuo con su frescor visual y pautan los usos de office, descanso, y reuniones, comunicados visualmente a través de estos filtros verdes. Por medio de la geometría de los cerramientos y techos, y el uso de materiales claros y especulares, el nuevo área se conforma como un curioso y mágico jardín en el corazón de la ciudad.