Ansede Quintáns, arquitectos . photos: © Luis Díaz Díaz . + archdaily
The project transforms empty offices into apartments. The main characteristic of the property was the high ceilings, almost four meters, a large window facing the street, and no facade towards the back of the premises, with great depth.
The space is distributed in four apartments. All of them have a large living room, dining room, and kitchen, and two of them also have a separate bedroom. In the entrance areas, further away from the façade, there are also storage areas, laundries, cabinets, and bathrooms. In two of the apartments, lofts are built over the dining and kitchen area, and in the other two a raised bedroom area to environmentally separate the rest area.
In both cases, the objective of this dance of heights, in addition to the creation of storage areas and other uses, is to really appreciate the great height of the halls and part of the entrance areas of almost four meters in height. The great height is appreciated more in contrast to the low height of the kitchen space or entrance, depending on the apartment.
For this we created, in addition to the level changes, also changes in the cladding materials from two meters and twenty centimeters, the height under the mezzanines. Thus, in the rooms, from that height, we have covered everything with sycamore wood veneered boards with solid chestnut wood flashing walls and ceiling, as an interpretation of a coffered ceiling. Highlighting the value of the ceiling in those areas.
The mezzanines and mid-heights are built with a laminated chestnut wood structure, and their floors are made of solid chestnut wood.
The plinths, two meters, and twenty centimeters are built with cement wood boards. The entrance areas are made of white-painted plasterboard. In the meeting between these white areas and the fully covered lounge areas, all the materials appear, in each apartment in a different way.
The entrance areas, darker, demanded more light and the immense space of the lounges demanded more texture and materials that caused a greater feeling of warmth and comfort.
Everything is completed with warm and intimate lighting, through wall sconces, and spotlights that illuminate indirectly through the ceiling lighting.
The kitchens are integrated into the day areas, with similar materials to highlight the unity of that space.
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rehabilitación transforma unas oficinas en apartamentos. La principal característica del inmueble era que poseía gran altura, casi cuatro metros, un amplio ventanal hacia la calle y ninguna fachada hacia la parte de atrás del local, con gran profundidad. El espacio se distribuye en cuatro apartamentos. Todos ellos poseen un gran espacio de salón, comedor y cocina, y dos de ellos tienen además un dormitorio independiente. En las zonas de entrada, más alejadas de fachada se disponen además zonas de almacenamiento, lavanderías, armarios y baños. En dos de los apartamentos de construyen altillos sobre la zona de comedor y cocina y en los otros dos una zona elevada de dormitorio para separar ambientalmente la zona de descanso. En ambos casos el objetivo de este baile de alturas, además de la creación de zonas de almacenamiento y otros usos, es apreciar realmente la gran altura de los salones y parte de las zonas de entrada de casi cuatro metros de altura. La gran altura se aprecia más en contraste con la altura de uno mismo en espacios bajos, cuando no hay referencias de la escala propia las dimensiones se pierden y esa sensación de libertad es menor. Para ello creamos, además de los cambios de nivel, cambios también en los materiales de revestimiento a partir de los dos metros y veinte centímetros, la altura bajo los altillos. Así, en los salones, a partir de esa altura, hemos revestido todo con tableros rechapados en madera de sicomoro con tapajuntas de madera maciza de castaño paredes y techo, a modo de interpretación de un artesonado. Resaltando el valor del techo en esas zonas. Los altillos y medias alturas se construyen con estructura de madera de castaño laminada, y los suelos de los mismos son de madera maciza de castaño. Los zócalos, de dos metros y veinte centímetros, se construyen con tableros de madera cemento. Las zonas de entrada son de tableros de cartón-yeso pintados en blanco. En el encuentro entre estas zonas blancas y las zonas de salón totalmente revestidas van apareciendo todos los materiales, en cada apartamento de una forma. Las zonas de entrada, más oscuras, demandaban más luz y el inmenso espacio de los salones demandaba más textura y materiales que provocasen una mayor sensación de abrigo y confort. Todo se completa con una iluminación cálida e íntima, mediante apliques de pared, y focos que iluminan indirectamente a través de la iluminación del techo. Las cocinas se integran en las zonas de día, con materiales similares para resaltar la unidad de ese espacio.
