Ignacio Laguillo Díaz . Paco Marqués Vilaplana . Harald Schönegger . fotos: © Fernando Alda
El Campo de la Verdad ha sufrido una fuerte transformación durante los últimos años. Por una parte, la rehabilitación y peatonalización del Puente Romano y el entorno de la Calahorra, así como la construcción del Puente de Miraflores han mejorado sustancialmente la conexión entre las dos márgenes del río. Por otra, se han desarrollado importantes equipamientos como el nuevo Parque de Miraflores y el Espacio Andaluz de Creación Contemporánea, atractores destinados a potenciar el movimiento de visitantes y turistas. Estas operaciones, así como las que están por venir, están disolviendo la condición de arrabal, extramuros, que históricamente ha caracterizado a este barrio. Desde este punto de vista el solar objeto del proyecto ocupa una posición estratégica, debiendo ser entendido no solo en relación al tejido local sino a la nueva situación.
Los terrenos, afectados por la Ordenanza de Protección Tipológica Campo de la Verdad-Miraflores, indujeron a una recreación tipológica basada en la definición de fachadas masivas, protectoras, en contraposición a interiores abiertos y luminosos organizados en torno a patios principales sobre los que se vuelcan las galerías de circulación, preferiblemente abiertas. El proyecto interpreta esta normativa como el deseo de evocar situaciones familiares en nuestra cultura: el zaguán como transición entre lo público y lo privado; la contraposición entre el ambiente controlado y sosegado del patio, caracterizado por la presencia del agua y la vegetación, y las pesadas fachadas de huecos verticales que nos protegen del rigor del clima; o una determinada materialidad derivada de la construcción mediante sistemas tradicionales. Por tanto, uno de los principales objetivos fue traducir a un lenguaje contemporáneo esta arquitectura, estableciendo al mismo tiempo una relación de continuidad con los valores y recuerdos que desde la memoria colectiva asociamos a ella.
El acceso a los apartamentos se realiza desde la plaza Tejar. Se propone una relación de continuidad entre la calle y el patio, lo público y lo privado, articulada a través del vestíbulo entendido como zaguán, umbral de espera. El acceso al aparcamiento se realiza desde la calle Gitanos, aprovechando el desnivel de la parcela para reducir la profundidad de excavación y posibilitar el acceso al mismo mediante rampa.
El edificio se organiza en torno a un patio, cálido y sosegado, caracterizado por la presencia de vegetación y agua, sistema de control pasivo de las condiciones ambientales propio de la arquitectura tradicional.
El programa se compone de 14 apartamentos turísticos con garaje. La mayoría de apartamentos se abren exclusivamente al exterior para preservar la intimidad desde de la galería. El programa es común en todos ellos: aseo, estar-comedor-cocina, y dormitorio. La conexión entre el dormitorio y la zona de estar se realiza a través de grandes puertas correderas que quedan embutidas en el tabique, favoreciendo la continuidad entre ambos. Se trata de crear un espacio fluido que compense su reducida superficie.
El edificio aparece al exterior masivo y protector, un cuerpo continuo que modula su presencia ajustando la escala en cada fachada. Hacia el río los huecos se presentan mayores, enfatizando su verticalidad, como respuesta al paisaje de la ribera, mientras que hacia el interior del barrio reducen su tamaño, estableciendo una relación de continuidad con este. Como criterio general se pretende que no haya una lectura clara de a qué apartamento o uso pertenece cada uno.
Una barandilla ornamental, de cualidad casi textil, entra en resonancia con imágenes propias de la cultura popular y motivos vegetales. El chino lavado, la piedra natural, el mortero de cal, la madera, el agua y las plantas completan la paleta material del patio, entonada para producir una atmósfera placentera, familiar y extraña a un tiempo. Esta tensión entre tradición y contemporaneidad informa todas las decisiones tomadas en el proyecto.
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Edificio residencial en Campo de la Verdad. Córdoba
Situación
c/ Acera mira al río s/n. Campo de la Verdad. Córdoba
Arquitectos
Ignacio Laguillo Díaz. Proyecto y Dirección de Obra
Paco Marqués Vilaplana. Proyecto y Dirección de Obra
Harald Schönegger. Proyecto
Dirección de Ejecución
Rosalino Daza Fernández, arquitecto técnico
Colaboradores
Proyecto y Dirección de Obras
Miguel Sibón, ingeniero industrial
Enrique Cabrera, ingeniero caminos
Proyecto
Blanca Farrerons, arquitecta
Francisco Moreno, arquitecto
Ignacio Olivares, arquitecto
Alvaro Valverde, arquitecto
Rosario Moreno-Torres, interiorismo
Jaime García, paisajismo
Promotor y Contratista
Construcciones Serrot, S.A.
Miguel Torres / Agustín Torres / Antonio Torres
Manuel Peinazo, jefe de obra
Antonio Trujillo, arquitecto técnico
Juan Rojano, ingeniero Industrial
Superficie Construida / Presupuesto
1.275 m2 / 1.175.000 euros
Proyecto – Obra
2016 – 2021
Fotografías
Fernando Alda, fotógrafo
GALERÍA