andrea + joan arquitectes . photos: © José Hevia
Transformation of an old house into a studio-house, which combines the domestic and the productive reality in a set of vertically connected spaces. The house is part of the historic center of Sant Feliu de Llobregat which is composed of narrow and deep plots, occupied by single-family homes between party walls whose protected facades build the characteristic image of the area.
The project highlights the resulting spaces from this building typology, guaranteeing the best interior lighting and ventilation conditions by demolishing certain existing horizontal structures. In this way, it is possible to perceive the house as the succession of double-height spaces connected diagonally. Part of the existing roof is demolished so a new terrace appears in the highest part of the house, that preserves an existing window that opens to the street. In order to guarantee maximum flexibility, so the house can adapt to its inhabitants’ needs, each floor is divided into 3 spaces of similar proportions. A central nucleus that concentrates the facilities occupies the center of the house so that the rest of the spaces in contact with the facades are empty and free. The programmatic activities find their location in this spatial strategy that combines typological flexibility and vertical articulation. From the street to the sky. The workspace is located in the north on the first floor, facing the patio and visually connected to the street. From the entrance, the two-section staircase accompanies this ascending diagonal (towards the sky, through the arcades), which configures the productive dimension of the house, its most public face. From the street to the garden. On the ground floor, we find the domestic dimension of the house, which is organized around the kitchen. The transition from the street to the patio hierarchizes the degrees of privacy in this area.
The only spaces with the capacity to be independent rooms are the bedrooms. The structural strategy follows the original logic of the traditional constructive system, but with new materials. The original wood and brick structure loads on the bearing party walls, and the new floors are built with metallic structures that act in the same way. Vertical walls are painted white to guarantee the correct natural lighting and also to unify the different textures, existing and new. The materials that are used are inexpensive, easy-to-install, and low-maintenance. This project takes advantage of the virtues of a traditional architectural typology to fit a flexible home, which allows combining the domestic and productive environments of its users.
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Transformación de una vivienda entre medianeras centenaria para convertirla en una casa-estudio, que permita conciliar la realidad doméstica y productiva en un conjunto de espacios verticales conectados entre sí. Se trata de una vivienda que forma parte del conjunto patrimonial del casco histórico de Sant Feliu de Llobregat. Dicho conjunto se compone de viviendas unifamiliares entre medianeras, con crujías inferiores a 5m y profundidades edificadas de 15m aproximadamente, cuyas fachadas protegidas construyen la imagen característica del ámbito. El proyecto busca poner en valor los espacios resultantes de esta tipología edificatoria, garantizando las mejores condiciones de iluminación y ventilación del interior mediante el vaciado de ciertas estructuras horizontales existentes. Se consigue de este modo percibir la vivienda como la suma de espacios a doble altura conectados en diagonal, en la que siempre hay un balcón para asomarse a cada espacio. El vaciado de un tramo de la cubierta inclinada original permite recuperar una ventana que siempre había estado tapiada y ganar una nueva terraza soleada en la planta superior. Buscando garantizar la máxima flexibilidad, para que la casa pueda evolucionar junto con sus habitantes, se divide cada planta en 3 espacios de proporciones similares. Se construye un núcleo central que concentra las instalaciones, de modo que el resto de espacios en contacto con las fachadas quedan libres. Es en esta combinación, de flexibilidad tipológica y articulación vertical, en la que el programa encuentra su sitio dentro de la vivienda. De la calle al cielo: El espacio de trabajo se sitúa a norte en la planta primera, orientado al patio y conectado visualmente con la calle. Desde el acceso, la escalera de dos tramos acompaña esta diagonal ascendente, que configura la dimensión productiva de la vivienda, su cara más pública. La visión de los arcos de la fachada posterior, des de la calle, enmarcan el cielo y dan la sensación de amplitud y esponjamiento de la misma. De la calle al jardín: En planta baja se sitúa la dimensión doméstica de la vivienda, que orbita alrededor de la cocina. La transición de la calle al patio jerarquiza los grados de privacidad de este ámbito. Los únicos espacios con capacidad de ser independizados son las habitaciones. La estrategia constructiva para los nuevos elementos se plantea en sintonía con la tipología constructiva original. Se opta por estructuras unidireccionales que apoyen en las medianeras y paramentos verticales de mampostería. Se opta por el forjado colaborante y el bloque de hormigón que diferencian la obra nueva de los forjados unidireccionales de madera y los muros cerámicos que se conservan. Se utilizan materiales económicos, de fácil colocación y bajo mantenimiento y los paramentos verticales se pintan de blanco para garantizar la correcta iluminación natural y unificar las diferentes texturas, las existentes y las nuevas. Se trata de un proyecto que aprovecha las virtudes de una tipología arquitectónica tradicional para encajar una vivienda flexible, que permita conciliar los ámbitos doméstico y productivo de sus usuarios.
