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Campo Baeza

Vocación docente como forma de vida

a selection of talks on contemporary art and architecture afasia Elise

+ Campo Baeza

Del 27 de septiembre al 1 de octubre de 2021 ha tenido lugar el I Congreso Internacional Arquitectura y Persona, organizado por la Escuela de Arquitectura de la Universidad Francisco de Vitoria.

Como lección inaugural tuvo lugar un interesante diálogo entre Felipe Samarán Saló, Director de la Escuela de Arquitectura y el arquitecto Alberto Campo Baeza, autor del Polideportivo de la Universidad en el que tuvo lugar dicho diálogo.

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The lecture “About the Need for Beauty” was delivered online by Alberto Campo Baeza, on July 16th, 2021 for the Virtual Public Lecture Series, organized by ‘T’ Space / SMHF, in the framework of the Summer Architecture Residency program titled “Transformation of Consciousness”.

DE LA NECESIDAD DE LA BELLEZA
MANIFIESTO A FAVOR DE LA BELLEZA

Debo reconocer que cuando decidí calificar a la Belleza como necesaria, pensé en que, antes que yo, muchos más autores habrían hablado de ello. E inocentemente, entré en Google donde descubrí que pocos, muy pocos hablan allí de la necesidad de la Belleza.
Y para agradecer el gran honor que se me hace con este Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Rosario, ¿de qué mejor podría hablar sino de la Belleza? De la Belleza y su necesidad de transmitirla a los que vienen.
¿Cómo podríamos vivir sin la Belleza? La Belleza es para el ser humano tan necesaria como el aire que respiramos. Sin la Belleza, esta vida no merecería la pena ser vivida.
Pero, ¿está la Belleza al alcance de todos? Sí, lo está. De mil maneras, pero lo está. Desde niños, en casa y en la escuela. Hasta los mayores, hasta que cuando nos acerquemos a los cien años, digamos con Goya: “Aun aprendo”.
Este Manifiesto desea convencer de la importancia de cultivar las Bellas Artes en la enseñanza, y su relación con el cultivo de la inteligencia. Porque la Belleza va indisolublemente unida a la razón, a la verdad. Esplendor de la verdad, era como Platón definía la Belleza. Y, de momento, ni la razón ni la Verdad ni la Belleza, son patrimonio de los ricos. Son patrimonio de todos.
Adán, que no tenía nada, quedó tan prendado de la Belleza sublime de Eva, que cuando ella le ofreció la manzana, se la comió sin rechistar. No por la manzana, sino por Eva, por su Belleza.
¿Es tan difícil convencer a quienes están en la infancia y en la adolescencia de esa necesidad de la Belleza? Yo creo que no. Y creo que la mejor manera es poniéndoles delante ejemplos que sean atractivos.

POESÍA, MEMORIA
Recuerde el alma dormida / avive el seo y despierte / contemplando / cómo se pasa la vida / cómo se viene la muerte, tan callando / cuán presto se va el placer / cómo después de acordado da dolor / cómo a nuestro parecer / cualquiera tiempo pasado fue mejor.
Me asusta pensar en cómo todavía, de memoria, de un tirón, pueda acordarme con tanta exactitud de esta copla hermosísima de Jorge Manrique, aprendida de tan pequeño. 
Seguro que ustedes se acuerdan, como yo, de la impresión que nos causó escuchar palabras que sonaban tan bien por causa de aquello que nos decían que era poesía. ¿No se acuerdan ustedes del primer poema que escribieron de pequeños tras quedarse fascinados después de oír la copla de Manrique? ¿Y la cara de felicidad del profesor y de los otros alumnos cuando lo recitaron en voz alta en clase? ¿Y la de sus padres y sus hermanos cuando lo recitó esa misma noche en su casa?

MÚSICA
¿No se acuerdan ustedes de la reunión familiar donde todos aplaudieron cuando usted, todavía niño, interpretó con la flauta aquella conocida melodía?
Yo todavía recuerdo un recital de piano de D. José Cubiles en Cádiz. En verano, cuando los Festivales de España, se hacían los Conciertos en la Facultad de Medicina que estaba al lado de casa. Todavía recuerdo un Noche en los jardines de España de Falla, tocado por Cubiles. Me faltó tiempo para en los días siguientes, con mis guiñoles, imitar aquel concierto de Cubiles.
Construí el piano con viejas radiografías negras de mi padre. Fue un gran éxito de crítica y público.
Mis hermanos y yo, bien aleccionados por nuestros padres, cogíamos el gramófono La Voz de su Amo y, embelesados, poníamos música clásica. La tata, a la que queríamos mucho, siempre decía: “Ya están los señoritos, poniendo música de muertos”.

YO QUIERO SER UNO DE ELLOS
Ante mí, en la pantalla de mi ordenador, la orquesta de la Hofkapelle Munchen con el coro de niños del Tölzer Knabenchor , dirigidos por Christian Fliegner, en una Pasión según San Mateo de Bach, en una versión hermosísima.
Y, ventajas del ordenador, puedo ver las caras de todos esos niños alemanes que forman ese maravilloso coro. Las caras de los niños cuando cantan, son todo un poema. Se ve, se nota que están completamente entregados a la música, que disfrutan como enanos. Yo quisiera ser uno de ellos. ¡Cómo me gustaría a mí estar entre esos niños cantando a Bach con esa precisión y ese entusiasmo!
Y cuando se trata de escribir sobre las Bellas Artes en la enseñanza y el cultivo de la inteligencia, mi respuesta sería, si pudiera, que los que lean estas líneas, acompañados de sus niños, vieran y disfrutaran de este video increíble capaz de convencer a cualquier niño de apuntarse a aquello, de querer ser uno de ellos: https://www.youtube.com/watch?v=QrrdWYh9Hwc
Y es que la Música es transmisora de Belleza. Y más de la mano de Bach a través de los niños.

DIBUJO PINTURA
¿No se acuerdan ustedes del temblor con que enseñaron a su madre el primer dibujo que hicieron tras ver los dibujos de Picasso? A la vuelta de la visita a aquella exposición, tan pequeños, pensamos que nosotros también podíamos hacerlo. Y dibujamos y se lo llevamos a nuestra madre ¿a quién si no? Y nos llenó de besos. Y ya no hemos dejado de dibujar en toda nuestra vida.
Todavía recuerdo aquella visita colegial al Museo del Prado. Y cómo el profesor, delante de Las Lanzas de Velázquez, hizo que contáramos las lanzas rectas y paralelas, enhiestas, y las inclinadas. Yo levanté la mano y dije: ¡25 rectas y 4 inclinadas! Exacto, dijo el profesor. Y días después, ya en clase, nos proyectó unas diapositivas donde, además del cuadro de Velázquez, nos puso una imagen de la batalla de San Romano de Paolo Ucello del Museo del Louvre, y volvió a preguntar cuántas lanzas enhiestas y cuántas inclinadas. Yo, rápidamente, volví a levantar la mano y dije: ¡25 inclinadas y 4 rectas! Exacto, volvió a decir el profesor. Y nos explicó cómo seguro que Velázquez conocía el cuadro de Ucello pintado 200 años antes intentando, todo lo contrario que Velázquez, trasladar a su cuadro el fragor de la batalla. Porque Velázquez, nos aseguró el profesor, intentaba, y lo consiguió, trasladar todo lo contrario, la paz y la serenidad de la rendición de Breda. No lo olvidaré en la vida. Desde entonces soy devoto de Velázquez. Y por entonces empecé a pintar.
He escrito muchas veces que dibujar es pensar con las manos. No sólo para un arquitecto, que es obvio, sino para todos. En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, sólo hay un Velázquez: el dibujo del Cardenal Borja, uno de los pocos dibujos que se conservan de Velázquez. Es una verdadera maravilla. Porque Velázquez, antes de ser un pintor excepcional, era un dibujante fuera de serie.
Y hace poco hice donación de todos mis dibujos ¡todos! a la Biblioteca de mi Escuela de Arquitectura de Madrid. Y los archivos de todos esos dibujos escaneados, más de 12.000, a la Escuela y a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Yo soy el primer sorprendido con el resultado.

DENODADAMENTE
Cuando escribí mi discurso de ingreso como Académico de número en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, busqué un tema central, la Belleza
¡cómo no! Y para golpear a los presentes, busqué un término contundente capaz de despertar en ellos ese deseo de Belleza. Y titulé mi parlamento como “Buscar denodadamente la Belleza”. Defendiendo que un arquitecto, yo, lo que busca sobre todo es la Belleza, para ser feliz y hacer felices a los demás.
Porque creo que es lo que hacemos todos los seres humanos, de manera más o menos consciente. Y allí esgrimí mil argumentos que creo volvieron a convencer a los presentes, ya lo estaban, que nuestra vida tiene sentido dentro de esa búsqueda de la felicidad que es la búsqueda denodada de la Belleza.
También los niños.

ENSEÑANZA, ENCENDER EL FUEGO
Decía Montaigne: “Enseñar no es llenar un vaso, sino encender un fuego”. Y tenía razón. Un profesor tiene que saber cómo encender de conocimiento el alma y el pensamiento de sus alumnos. Tiene que saber cómo transmitirles el fuego sagrado de la cultura. Y para mantener encendido ese fuego, la búsqueda de la Belleza, las bellas artes son imprescindibles, son la mejor leña para ese fuego.
Julián Marías apuntaba que las tres cualidades que debe tener un docente son: saber, saber enseñar y querer enseñar. Muy claro, muy orteguiano.  Yo recuerdo a mis mejores profesores, tanto cuando pequeño como en la Universidad, como personas extraordinariamente cultas, que no sólo hablaban de sus temas específicos, como de todo lo relacionado con la Cultura. Y así lo he intentado hacer cuando me ha tocado ser profesor.
Y por la misma razón, las tres cualidades de un alumno deberían ser: saber que no se sabe, saber aprender y querer aprender.  Yo le diría a un alumno pequeño, que fuera consciente de que no sabe nada, pero que tiene fácil solución. Que aprenda a aprender, que es poner toda su atención en lo que hace. Y que quiera aprender, que es dedicar todo el tiempo que haga falta. Y si además ahí aparecen el Dibujo y la Música y la Poesía y la Danza, todavía mejor.
La inteligencia se cultiva, como las plantas. Y las Bellas Artes son tierra propicia para el mejor crecimiento. Recuerdo un cuento de Gloria Fuertes, donde un niño para crecer, debía leer. Sólo crecía cuando leía libros. Si este niño no sólo leyera libros sino disfrutara con la Música y el Dibujo y la Poesía y la Danza, crecería estupendamente bien.

CONCLUSIÓN. AÚN APRENDO
Termino de escribir este texto en que defiendo la inclusión de las bellas artes en la enseñanza, con el valor que les corresponde, y vuelvo a sentir que, una vez más, yo, a mi edad, sigo aprendiendo. Aquello que tan bien resume Goya en ese pequeño grabado que figuraba en su última exposición en el Museo del Prado: “Aun aprendo” escribía sobre el dibujo del anciano, pelo blanco y barbas blancas y apoyándose en dos cayados. Pues con esta reflexión llena de recuerdos personales, yo he vuelto, a mi edad, a aprender y mucho.
Claro que el mismo Goya, que era bien inteligente, también grabó y escribió “El sueño de la razón produce monstruos” y a continuación añadía: “Pero la fantasía abandonada de la razón produce monstruos imposibles: unida con ella es madre de las artes y origen de las maravillas”. Esto lo entienden más que bien los niños.
Si yo fuera padre y tuviera un hijo en edad de merecer, lo primero que haría es conseguir que me pidiera que le matriculara en Música y Dibujo y Poesía y Danza. Sería feliz y yo más todavía si cupiera. Y seríamos, él y yo, todos, más libres.

CODA. ZWEIG EN ROSARIO
Stefan Zweig, el 9 de noviembre de 1940, dio en Rosario, Argentina, una conferencia magistral “El misterio de la creación artística”. Y en ella, precisamente nos animaba a tomar partido por el arte:
“No tengo yo noticias de deleite y satisfacción más grandes que reconocer que también le es dado al hombre crear valores imperecederos, y que eternamente quedamos unidos al Eterno mediante nuestro esfuerzo supremo en la tierra: mediante el arte.” Mediante la Belleza.

Discurso de recepción del titulo de Doctor Honoris por La Universidad Nacional de Rosario.