Telegrama, no tuit
Me convenzo de que un invierno inusualmente desapacible demuestra cómo nuestros actos están transformando el clima, hasta que escucho a un corresponsal en Berlín explicar que lo que aquí son borrascas allí es un anticiclón. Lo que yo imaginaba como un descenso general de las temperaturas en todo el planeta, consecuencia evidente del cambio climático, no es más que un corrimiento de nubes. Salvo que, por supuesto, ese movimiento lo provoque nuestra actividad.