Entrada retirada a petición de los arquitectos.
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El proyecto pretende responder al lugar. Se sitúa en el mismo punto que el aulario preexistente asumiendo con naturalidad su condición de centralidad tanto física desde su emplazamiento como conceptual dentro de la institución; Desde su geometría enlazando circulaciones, referenciando las diversas edificaciones de su entorno así como asumir desde su traza su condición protagonista dentro del conjunto y de la propia institución.
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El proyecto consistía en construir un nuevo nuevo conjunto de aulas de pequeña dimensión destinado a niños con minusvalía psíquica además de serie de aulas comunes y un espacio central multiusos.
La planta es fruto de un desarrollo de distintos esquemas funcionales. Por un lado se pretende que el edificio no se imponga en el lugar, ni se entienda como un elemento compacto con una ocupación masiva, sino que continúe con esa forma de colonizar el terreno que subyace en Isterria: un núcleo rural que se va acomodando a la ladera.
Las diferentes perspectivas generadas desde los distintos puntos del conjunto evidenciaban una forma de actuación fragmentada y con múltiples caras. Este planteamiento no debía presentar un alzado continuo, o excesivamente rotundo, haciendo que la propuesta quedara poco integrada en todo el conjunto.
El proyecto pretende adecuarse a la escala de las edificaciones próximas evitando la molesta sensación de la percepción de una nueva volumetría excesivamente masiva, compacta y diferente. La propuesta evita un volumen excesivo, sino persigue emerger con elementos de crujías mesuradas continuando con dimensiones equivalente a las de las piezas que actualmente posee el centro, con testeros y frentes similares a los existentes continuando con el cromatismo de lo existente.
Teníamos la inquietud por las diversas formas de aproximarse al edificio, en como medir la relación con su ámbito circundante, en no degradar una fachada por debajo de otra evitando traseras y al mismo tiempo, “mirar”de igual modo al resto de dependencias, pretendiendo poner por igual el valor de todo lo que le rodea.
Desde su interior, el proyecto también pretende que todos los espacios docentes estén vinculados por igual y de forma directa, con el magnífico entorno paisajístico que los rodea evitando la existencia de categorías.
Así mismo, desde el pinar situado en la parte superior de la parcela se manifiesta como una prolongación de la ladera generando un plano vegetal con los lucernarios, pudiendo ver por encima del mismo y contemplar las vistas. Frente a soluciones más amazacotadas, la planta en cruz evita la colonización del espacio libre, liberando en sus espacios cóncavos espacio verde, generando una ocupación visual menor.
El espacio central se resuelve desde la flexibilidad, disfrutando de múltiples posibilidades de uso, desde pequeño salón de actos, como espacio multiusos de juegos y eventos familiares, hasta porche en el periodo estival. Evitando al mismo tiempo un espacio excesivamente hermético o final que no se relacione con su privilegiado entorno.
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2010
Ibero, Navarra
Cliente | Fundación Caja Navarra
Concurso de ideas | primer premio
