Picado-de Blas . fotos: © Josema Cutillas . + Concéntrico 03
Diseño de Picado-de Blas para el Festival Festival de Arquitectura y Diseño de Logroño Concéntrico 03.
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Se propone una larga pieza compuesta de partes articuladas.
Este “sistema”, aunque no afecta visualmente en exceso al paisaje urbano, interfiere activamente en la circulación habitual del ciudadano que transite la Plaza de San Bartolomé. Es una suave línea sinuosa y horizontal a la altura de una mesa que merodea por el ámbito. Nos habla de los límites de la plaza distorsionados con su presencia de forma efímera.
Será un lugar que pueda usarse de forma espontánea. El observador entiende la plaza como un lugar donde va a ocurrir o ha ocurrido algo; un mercadillo, una cata colectiva una comida furtiva, todo lo que pueda suceder sobre una mesa es posible.
Con los 20 tableros de 1,22 x 2,50 para la instalación, se plantea conseguir la máxima longitud posible, 50 piezas y 100 patas que desarrollan sus 100 metros: el ciempiés. Un sencillo ensamblaje hace necesario que una se apoye en la siguiente para construir la pieza total.
Como en la Fábula del ciempiés y la araña, quizás sea mejor “hacer” que pararse a pensar…
“Un día venia un ciempiés caminando por mitad del camino sin pensar en nada. Por el mismo camino, pero en sentido contrario venia una araña.
La araña al ver al ciempiés se hizo a un lado y le preguntó:
Hola ciempiés, ¿cómo haces para caminar con tantas patas? ¿cómo coordinas?, ¿mueves primero los pies de la izquierda y después los de la derecha?, ¿o mueves un pie derecho después uno izquierdo? ¿o levantas el cuerpo para mover un par de tus pies?
El ciempiés entonces se puso a pensar para esponderle a la araña y ya no se movió nunca más…”
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Localización plaza San Bartolomé, La Rioja.
Arquitectos María José de Blas y Rubén Picado.
equipo: Alberto Amores. Juan Alfaro. Teresa Casbas. Carlos Díaz-Monís. Sofía Fernández. Laura Gutiérrez. Yong Li.
Fabricación KUMA estructuras
Promotor Concéntrico 03. Fundación Cultural de los Arquitectos de La Rioja (FCAR).
This work consists of one long piece made up sever several hinged parts. This “system,” though it does not visually affect the urban landscape to any excessive degree, nevertheless actively interferes in the usual foot traffic in the Plaza de San Bartolomé. It is a smooth, sinuous, table-height, horizontal line that meanders through the setting. It speaks to the boundaries of the plaza, which are distorted by its ephemeral form. This will be a place that can be used spontaneously. The observer understands the plaza as a place where something will take place, or where something has taken place: a street market, a collective tasting, a furtive meal—anything that can happen at a table could happen here. The installation consists of 20 boards that measure 1.22 x 2.50, and the intention is to attain the maximum length possible: 50 pieces and 100 feet will ensure that the centipede measures a full 100 metres. The simple assembly makes it necessary that every board rests on the next to create the complete piece. As in the fable of the centipede and the spider, perhaps it is better to simple “act” than to stop and think…
