Telegrama, no tuit
Entre sus promotores está, cómo no, el príncipe de Gales. Se comprende que la realeza está siempre en contra del progreso. Al fin y al cabo la idea de desarrollo y justicia lleva implícita la de que rueden las cabezas de los monarcas. Y hoy que ya no se estila el uso de la guillotina aún es posible recortar las asignaciones que los parlamentos destinan a estructuras obsoletas.