1. La Montaña de Montjuïc fue urbanizada alrededor de la Exposición Internacional de 1929 dejando un conjunto de edificios y parques: El Reconstruido Pabellón Mies van der Rohe es uno de ellos. Con usos diversos, con el tiempo estos edificios se han ido reutilizando con fines museográficos y culturales. En la zona que nos ocupa, en las estribaciones superiores de la montaña se encuentra el antiguo Palacio Nacional reconvertido en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Recientemente edificios adyacentes a éste (los Palacios de Alfonso XIII y Victoria Eugenia), desalojados de su uso anterior, se piensan también como soporte de nuevas instalaciones museográficas, conformando un polo expositivo de gran densidad.
_
2. La topografía es argumento en toda la urbanización de la zona y hace que al tiempo que toda la fachada de la montaña hacia la ciudad es un claro referente urbano, la relación a nivel de accesibilidad con ésta sea complicada.
Es decir, tendríamos centralidad a nivel de imagen, pero marginalidad a nivel de acceso y de uso.
3. En este contexto, el proyecto propone, sin entrar en el detalle de la reutilización de los edificios existentes, las actuaciones infraestructurales necesarias para la nueva implantación museográfica.
Estas son las siguientes:
a. La construcción de un nuevo vestíbulo general de acceso a todo el conjunto en una de las cotas inferiores del desnivel. Aprovechando el aterrazamiento sistemático con el que el proyecto histórico trataba la pendiente bajo uno de los pliegues se sitúa el nuevo vestíbulo.
Su posición anexa a la estación de metro proyectada garantiza un acceso cómodo a todo conjunto desde cotas próximas a la ciudad.
b. Desde este nuevo espacio de acceso y recepción a todo el conjunto, se disponen unos ascensores inclinados y escaleras mecánicas que conectan directamente con el Museo situado a cotas superiores, acercándolo a la ciudad y a los nuevos espacios que amplían su oferta. De esta forma las cotas superiores, hasta ahora de difícil acceso, pasan a formar parte del tejido urbano.
El proyecto tiene un impacto visual muy escaso, dado que básicamente está enterrado. Una gran boca de acceso es la fachada del vestíbulo y su cubierta, parcialmente inundada, participa del movimiento del agua como momento unificador del recorrido con el que los diseñadores iniciales del complejo trataron la urbanización.
JLLM