CiO estudio . fotos: © Daniel Ojanguren
La antigua estación de autobuses de El Carbonero fue construida en 1970 en la calle Pádre Suárez de Oviedo. El edificio albergada 40 viviendas destinadas a los trabajadores de la empresa, y en las plantas baja, sótano y el patio de manzana, se ubicaba la estación.
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Cuando ésta cesó su actividad en 2007, la empresa El Carbonero S.A, propietaria de los locales, decidió habilitar los mismos para su futuro uso como aparcamiento público de rotación. Para ello sería necesario cubrir en su totalidad el patio de manzana de 1700m2, así como adecuar la planta sótano del edificio existente y los accesos, creando un nuevo recorrido peatonal a través del edificio.
El proyecto tuvo como punto de partida varios condicionantes: una parcela con geometría muy irregular poco compatible con el uso de aparcamiento, importantes limitaciones acústicas debido a la existencia de edificios residenciales colindantes, estrictas limitaciones de altura definidas en la normativa urbanística y un limitado presupuesto de 250€/m2.. El estudio geotécnico definió el firme a una profundidad media de 4m.
La principal premisa proyectual fue sin duda la funcionalidad, pero al mismo tiempo nos tomamos cada uno de los retos como una oportunidad para dar “liebre por gato” y llevar más allá las expectativas de nuestro cliente.
En primer lugar se definió un esquema de distribución óptima, fijando en 70 el número mínimo de plazas a considerar en proyecto, incluyendo dos plazas adaptadas, un mínimo de 10 plazas grandes, viales de 5m y radios de giro de 6m.
Mediante el sistema de planos acotados se definió la geometría de cubierta, adaptada al perímetro irregular del patio. Estaba formada por 5 faldones de pendientes iguales del 7% que cumplían los límites de altura y optimizaban el volumen máximo construible. Se determinó el uso de panel sandwich acústico como material de cubierta, con un porcentaje de policarbonato definido por el estudio acústico para la entrada de luz natural y la redución del consumo eléctrico.
En colaboración con Francisco Mena, se diseñó una estructura metálica formada por dos niveles estructurales de cerchas de tubo de acero de 100x100mm, salvando luces de hasta 28m. Esta tipología estructural nos permitío resolver el apoyo mediante tan sólo 11 pilares, respondiendo a dos cuestiones al mismo tiempo: reducir la cimentación, que resultaba costosa y difícil de ejecutar, y aportar un mayor confort y usabilidad al espacio.
Además, la disposición de las cerchas permitió adaptar la posición de los pilares a la distribución de las plaza, consiguiendo 70 plazas amplias y de fácil acceso.
La cantidad de acero empleado fue de 14,5 Kg/m2, consiguiendo una reduccción aproximada del 30% en el coste de la estructura y cimentación en relación con una estructura convencional de vigas y pilares metálicos con luces de 7m.
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