0

Carlos Cachón

Telegrama, no tuit

El peligro de delegar en un acto individual el compromiso ético –que un arquitecto renuncie a participar en una empresa que parece desproporcionada- quizás se entienda mejor con un ejemplo más sencillo. Es frecuente que uno, salvo que le sobren contactos o posea una mente envidiable, se vea obligado a aceptar un empleo que no le satisface plenamente, porque debe subsistir, porque necesita ingresos para continuar vivo. Lo contrario sería esperar de un simple sujeto un acto de rebelión que sólo tiene sentido como empresa colectiva. Exigir en cierto modo un martirio.

Carlos Cachón