Rosa María Ballester Espigares . fotos: © Ignacio Espigares Enríquez
El enclave del proyecto se encuentra en un entorno agrícola, área dominante en la planicie del Campo de Cartagena dedicada a un cultivo de nuevo regadío intensivo gracias a la extrema fertilidad de sus terrenos. Por estas particulares características, la normativa vigente establecía que la construcción existente, casi en ruinas, no podía ser derribada para construir una nueva.
Dicha construcción estaba formada por dos edificaciones en torno a un patio: una vivienda y los gallineros adosados a la misma, construidas con muros de piedra en mal estado y con una cubierta provisional de chapa metálica.
La intención de esta rehabilitación es aprovechar las ventajas que ofrece la construcción tradicional, como el espesor de los muros y sus orientaciones, y dar un paso más en la concepción del espacio doméstico al evolucionar la estructura funcional impuesta, que cuenta con pequeños huecos para la entrada de luz y espacios muy jerarquizados que no permiten la flexibilidad que demanda la vida contemporánea.
Sobre esta base, se procedió a modificar el esquema funcional existente, de forma que la casa se pudiese organizar en gradientes de intimidad, mostrándose introvertida desde las fachadas exteriores y abriéndose completamente al espacio central, eje sobre el que se desarrolla la vida en la vivienda. Los espacios de uso compartido (acceso, salón, cocina, comedor y sala de juegos) se pliegan en torno a este patio, que se comporta como una estancia más, generando una visión panóptica de todo el conjunto. El resto de las habitaciones se abren a un espacio común entendido como una ampliación menos privada de las mismas y potenciando así la flexibilidad en su uso.
A fin de poder llevar a cabo el proyecto con los mínimos recursos económicos y energéticos posibles, se ha empleado un único material para la envolvente de la edificación, reduciendo así el coste general y dotándola de una identidad propia que a la vez le permitiese mimetizarse con el paisaje circundante. Se han utilizado materiales y técnicas locales aprovechando al máximo las energías naturales (ventilaciones cruzadas, toldos de vegetación…). El proyecto incluye un sistema de recogida de aguas pluviales a un depósito enterrado para su utilización en el riego del jardín.
La vivienda resultante asume la condición de continuidad con el lugar y puede ser entendida como la proposición de un modo de vida moderno vinculado a unas preexistencias anteriores a través de un lenguaje sobrio y controlado.
Proyecto: Casa La Rambla
Localización: Campo de Cartagena, Murcia
Arquitecta: Rosa Mª Ballester Espigares
Colaborador: Ignacio Espigares Enríquez
Fotografía: Ignacio Espigares Enríquez
Cliente: Privado