María Hernández Enríquez . PFC
Super Atelier es una propuesta que propone recuperar tejido industrial y productivo en centros urbanos, como la ciudad de Madrid. Esta clase de actividad, en forma de fábricas y talleres, se expulsa del centro debido a diversas causas como la salubridad o el aumento de densidad. Sin embargo, los avances técnicos así como las posibilidades que ofrece internet en todos los campos de trabajo facilitan esta recuperación.
La situación de la propuesta no es arbitraria, pues se trata de una zona originalmente industrial. En la Latina, un matadero dotaba de material a un gran número de tenerías que dieron nombre a la Calle Ribera de Curtidores. En torno a los talleres apareció el Rastro. Actualmente no queda un atisbo de ellos, aunque cada domingo el mercado atrae a miles de clientes.
No se trata de recuperar las fábricas o las malolientes tenerías sino de transformar la ciudad y adaptarlas a las nuevas maneras de vivir y trabajar.
Para ello se realiza un estudio exhaustivo de la manzana a transformar, en su mayor parte de viviendas que datan desde 1860 hasta 2001. Un aglomerado de estructuras de madera y hierro con apenas huecos para la ventilación y corralas ruinosas. Este ejercicio de arquología urbana permitirá decidir qué estructuras se conservan y cuales se sustituyen.
Tras el estudio se plantea una reforma total que permitirá funcionar a la manzana como un sólo edificio de viviendas-taller, que funcionará como una fábrica en cuanto a recursos para poder aprovechar al máximo la parcela. Estos recursos ( instalaciones, accesos, núcleos, espacios y programas comunes ) se distribuirán a lo largo de una espina principal cuya trayectoria es el resultado natural de la manzana al conectar las corralas y aquellos espacios históricos que tienen un interés particular.