La planta baja se organiza exclusivamente para el mercado, y su máxima concentración para esta actividad.
Relaciones tangenciales
Pero los programas de las plantas superiores, establecen una relación directa entre el mercado y la ciudad a través de unos cortes tangenciales al edificio que se conectan con hitos y referencias a una escala municipal.
Se conecta el mercado con la ciudad, más allá de su entorno inmediato.
Memorias reflejadas
Hay que abrazar a la Ermita de San Miguel. El edificio del mercado, se cortara de tal forma que le genere un espacio de apreciación a la Ermita. Un espacio entre el mercado y la Ermita, para ser rodeada. Le genera una distancia. Al mismo tiempo, el corte del edificio se hace con material reflejante de acero inoxidable pulido, desde donde veremos otras visiones distorsionadas de las partes ocultas de la Ermita.
Mercado público
La planta baja se configura claramente como un espacio público al que se le suma una actividad de comercio con el mercado. Pero debe mantener todas las condiciones que tiene cualquier espacio público. El tamaño de los espacios, los recorridos en relación a la ciudad, la conexión y apertura directa con la calle, las fachadas interiores… Un espacio a medio camino entre un lugar público y un lugar de intercambio comercial.
Topografía Don Limpio
La topografía de la planta baja está ligeramente inclinada, por un motivo claramente operativo y funcional. Para facilitar una limpieza diaria que genera una pendiente y manda las aguas hacia el lugar deseado, evitando charcos y estancos provocados por la planeidad. Es una topografía operativa pero invisible, ya que con un 2-5% casi no se percibe, pero no deja estancar el agua, lo que garantiza la higiene diaria del mercado.
Límite perimetral
El límite del edificio cuando este está cerrado, se configura a partir de las propias paradas que dan a la calle, y cerrando las distancias más cortas que quedan entre ellas. Generando así, un límite semi-cubierto y variable más propio de los espacios públicos.
Relaciones cruzadas
Hay que aprovechar la inercia del mercado para relacionar las otras actividades que alberga el edificio para generar relaciones y contaminaciones positivas entre los distintos usos, y así nutrirse los unos con los otros, y complementarse de forma fértil e interesante.
Núcleos verticales
Los núcleos de comunicación vertical se ubican entre los patios de luz que cortan el edificio, generando un ritmo de relaciones entre los pisos, y teniendo siempre un núcleo vertical a menos de 12 metros desde cualquier punto del edificio.
Pozos de luz
Los cortes tangenciales a la ciudad, generan una doble propiedad a los programas interiores. Por un lado, unos patios para las plantas superiores que permiten usarlos en relación a sus usos, como una extensión de sus actividades, como la guardería… Por el otro lado, estos cortes hacen llegar la luz a las zonas más interiores de la planta del mercado, generando así unas entradas puntuales de luz natural en la planta baja.
Cubierta integradora del entorno
La inclinación de la cubierta y su dirección paralela a la montaña, juntamente con su materialidad gracias a una cubierta vegetal, genera una continuidad abstracta e interrumpida de la cubierta del mercado con la ladera de la montaña. Una ladera urbanizada que genera una conexión entre la ciudad y la naturaleza.
Cubierta energética
Hay dos recursos básicos que debemos aprovechar al máximo, la lluvia y el sol.
El agua de la lluvia, unos 680 l/m2 al año nos permite almacenar los 1.276.000 litros anuales y destinarlos a la limpieza del mercado, que por sus condiciones de higiene requiere mucha agua para su mantenimiento diario.
El sol, en tanto que energía calorífica y también lumínica. En las plantas superiores encima del mercado, se aprovechan al máximo estas condiciones, generando así iluminación al 100 % de las estancias. Y aprovechando la buena orientación de la cubierta para ubicar placas fotovoltaicas y de ACS para generar electricidad y climatización.