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BOV Estudio

Plaza del Zarrón . Almazán

BOV Estudio . photos: © Javier Bravo

With the wall and the old town of Almazán in mind, and imagining the movement of its inhabitants (all of them), the goal is to obtain the most natural response possible to establish a real and unique relationship between this new public space and both parts of the town (old town and expansion), eliminating the previous barrier sensation, with a 5-meter height difference, which made this passage difficult or insurmountable for many of its inhabitants.

From this dialogue between the town and the people, the lines and folds of the new “Plaza del Zarrón” are born, enabling different paths and ways of being that represent each user without discrimination. It is a public space that stitches together the history and present of Almazán, where the important aspect is the degrees of freedom of each person who walks, stays, or passes through there.·
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Un espacio para todas las personas
Con la mirada puesta en la muralla y el casco antiguo de Almazán e imaginando el movimiento de sus habitantes (todos ellos) se busca obtener la respuesta más natural posible para establecer una relación real y propia entre este nuevo espacio público y ambas partes del pueblo (casco antiguo y ensanche), eliminando la sensación de barrera anterior, con 5 metros de desnivel, que hacía difícil o insalvable este paso para muchos de sus habitantes.
De esta conversación entre el pueblo y las personas nacen los trazos y pliegues de la nueva «Plaza del Zarrón», posibilitando diferentes recorridos y maneras de estar que representan a cada usuario y usuaria sin discriminación. Un espacio público que cose la historia y el presente de Almazán y donde lo importante son los grados de libertad de cada persona que pasea, está o pasa por allí.

Una plaza compuesta de plazas
Geométricamente se reparte el desnivel de forma uniforme en toda la superficie de la plaza. Los primeros pliegues de esta superficie surgen para constituir plataformas inclinadas en zigzag que proporcionan un recorrido accesible universal entre sus dos extremos. A lo largo de este recorrido aparecen nuevos pliegues, esta vez sin pendiente, que se erigen como lugares para estar y descubrir diferentes puntos de vista y soleamiento. Estas plazas dentro de la plaza serán el lugar donde se disponga el mobiliario y la vegetación, junto con la escultura del Zarrón, que será reubicada en una de ellas desde la Plaza Mayor. Como complemento a estas plazas, otros dobleces generan espacios de menor escala donde poder estar a modo de pequeños graderíos de dos escalones. Este último movimiento sirve además para atenuar la pendiente en estos puntos, haciendo más fácil y accesible el paseo a su alrededor. Esta complejidad aparente se resuelve gracias a un exhaustivo estudio geométrico y modulaje que permite su control, ejecución y optimización de recursos.

Bailar con el Zarrón y la Plaza Mayor
El Zarrón es una fiesta de Interés Turístico Regional que cada 17 de mayo se celebra en Almazán en honor a San Pascual Bailón. Desde 1816 se saca al Santo en procesión acompañado de un baile ancestral. La escultura del Zarrón, anteriormente ubicada en la Plaza Mayor, es protagonista cada año de estas fiestas. Su reubicación en este nuevo espacio público termina por conectar definitivamente la historia y el presente de Almazán. El Zarrón, en su nueva ubicación, será testigo de esta inaudita unión urbana y ciudadana, donde la tradición y los bailes unirán la Plaza del Zarrón con la Plaza Mayor y el casco antiguo a través de sus restauradas murallas.

Materialidad
La unión entre lo nuevo y lo histórico tiene eco en su propia materialidad, combinando su forma contemporánea con materiales, texturas y colores propios del pueblo. Para ello se resuelve este espacio utilizando principalmente tres materiales: adoquines de hormigón envejecido, madera y celosías metálicas inspiradas en forjas y carpinterías tradicionales existentes.
El adoquín envejecido tiene como objetivo favorecer la relación con la muralla, el casco antiguo y la plaza mayor, tanto en tonalidad como en estética. También trata de ayudar en la relación con sus propios usuarios. El despiece se basa en dos tamaños, 8x8 y 16x16, distribuidos en la plaza en función del uso de cada zona (paso, paseo o estancia), de manera cada uso y los diferentes niveles de accesibilidad se ponen de manifiesto a través del cambio de material.

Mobiliario e iluminación
Para las diferentes zonas de estar se dispone mobiliario modulado de acuerdo con los tamaños de adoquín y las plazas interiores. Los bancos de madera, de diferentes tamaños y disposiciones de respaldo, buscan aumentar los grados de libertad con respecto a su uso desde uno y otro ángulo, así como la relación con los propios pliegues de la plaza que puedan servir para el mismo fin (estar/ reposo), de manera que se condicione lo menos posible la posición de las personas que allí quieran estar y relacionarse. El conjunto de mobiliario lo completan papeleras y alcorques siguiendo la misma composición que las celosías para dar uniformidad al conjunto. Se propone vegetación autóctona de hoja caduca que requerirá un mantenimiento mínimo y dotará al lugar de una imagen diferente en cada estación del año, haciendo de la plaza un lugar cambiante con sombras en verano y soleamiento en invierno.
La iluminación principal de la plaza al caer el sol se integra en los cortes verticales de los pliegues de la plaza, a través de cajas de luz tamizadas mediante celosías metálicas que las protegen. Se busca, además de iluminar, reforzar y señalizar los cambios de pendiente para mayor comprensión del espacio. El conjunto queda perfectamente complementado con tan sólo dos puntos de luz en los laterales de la plaza (a la espera de los futuros edificios que allí puedan construirse) y la iluminación ya existente en ambos extremos.