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NULA.STUDIO

MARIANELA . Madrid

NULA.STUDIO . photos: © Elena Salas

Housing refurbishment in the Tetuán district of Madrid.

To avoid speculative and rigid approaches, the project proposes minimal interventions without incurring unnecessary costs that penalize access to housing. Therefore, the focus is on improving the facilities of the building, common areas, and facade, leaving the empty units ready for future owners to adapt to their needs.
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NULA.STUDIO
Laia Cervelló Sabaté
Miguel Fernández-Galiano
Colaboradores: Mauro Coll, Constanza Andrade, Irene de Santos
LOCALIZACIÓN: Madrid, España
PROMOTOR: Privado
AÑO FINALIZACIÓN: 2022
CLIENTE: Privado
FOTOS: Elena Salas

Tetuán es uno de los distritos más heterogéneos, multicultural y con más desigualdad social de Madrid. Su fama de barrio conflictivo y posición privilegiada cercana al centro, hace de él un peligroso blanco como nuevo espacio a gentrificar. Es en este contexto social y en un escenario post pandemia donde nace el proyecto de MARIANELA. 
El edificio, que se encontraba abandonado y en estado ruinoso, es característico del tipo de construcción original de este barrio, tradicionalmente obrero. Para huir de planteamientos especulativos y rígidos, el proyecto plantea unas intervenciones mínimas que permitan dotar al edifico de una nueva riqueza comunitaria sin por ello incurrir en costes innecesarios que penalicen el acceso a la vivienda. Es por ello que se interviene únicamente en la mejora de las condiciones de salubridad e instalaciones del edificio, zonas comunes y fachada, dejando las viviendas vacías y listas para que los futuros propietarios las adapten a sus necesidades.

La fachada como elemento de regeneración del barrio. 
No se puede entender el valor de un edificio sin tener en cuenta su impacto y aportación al conjunto del tejido urbano. Es por ello que la fachada cobra especial importancia como agente regenerador. El nuevo color que aporta la cerámica pretende convertir el edificio en un hito en su calle y animar la imagen del barrio. Las medidas de los antiguos huecos desentonaban respecto a la proporción de la fachada, por lo que se colocan unas embocaduras de cerrajería que recuperan las dimensiones de la balconera clásica madrileña. Las plantas de las jardineras, que cuelgan por la fachada, se conciben como un modesto obsequio para el barrio, ya que contribuyen a incorporar más vegetación en la calle, disfrutable por todos los vecinos.
La decisión de revestir la fachada utilizando un material tradicional como es la cerámica se basa en dos razones: 
La primera, por sus características técnicas, su durabilidad y su escaso mantenimiento y la segunda por rescatar la técnica de la azulejería urbana muy popular en Madrid a finales del siglo XIX-principios S.XX. El uso del color como “símbolo parlante” permitía a los comercios comunicarse con los viandantes sin necesidad de cartelería. En este sentido, el uso del verde que representaba la naturaleza (y mas concretamente fruterías y ganaderías) se emplea aquí para enfatizar la incorporación de vegetación tanto en fachada como en los huertos urbanos de cubierta.