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Garcés · de Seta · Bonet

Former San Sever Clergy Hospital renovation . Barcelona

Garcés · de Seta · Bonet . photos: © Ciro Frank Schiappa

The project maintains the character of the place in its current state, bare, without the decorative aspects that used to dress it up. The result is an expressive container, documenting the passage of time, and neutral, to receive the artistic pieces from the Casacuberta Marsans Collection.
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El antiguo Hospital de Clérigos de Sant Sever, situado en la calle de la Palla 21, es una pieza de patrimonio de características singulares. Con su singular portal con serliana incluida, constituye un ejemplo prácticamente único de arquitectura renacentista en Barcelona. A lo largo de los siglos, el interior ha sufrido numerosas intervenciones de transformación que han ido alterando progresivamente su conformación inicial. El que queda de la maltratada iglesia del antiguo hospital (s. XV) y el reciente sótano inacabado de un pequeño hotel fallido son testigos de esta evolución.
El proyecto de rehabilitación de la iglesia con la capilla para la creación de una galería de arte incluyó también este gran sótano y locales adyacentes con el entrepiso superior. El proyecto nace de la premisa de hacer accesibles y utilizables todas estas partes heterogéneas, intentando destacar su carácter específico, sin renunciar, a cierta unidad espacial y a la recognoscibilidad de la intervención de adaptación al nuevo uso.
El espacio del sótano, la parte de menos valor histórico y artístico y de más difícil acceso, con su perímetro complejo, de altura reducida, la estructura visible del techo mixto de vigas de acero y hormigón armado y la irregularidad de los paramentos de muros pantalla, adquiere el carácter de un tipo de cueva futurista, como si se tratara de una arqueología misteriosa suspensa entre el pasado y el futuro. Nace la idea de amplificar este carácter de misterio oscureciendo el techo y las paredes y dejando solo un suelo claro, que orienta el visitante al descubrimiento de las obras de arte.
La oscuridad permite eliminar la presencia inminente del techo a cuerpo descubierto, y a la vez recuerda el hollín de las llamas de velas y linternas de aceite que oscurecían las paredes. El mismo humo parece que se libera por la brecha que une este espacio con la iglesia de arriba, replegándose cómo si fuera movido por corrientes de aire ascendentes.
De este modo, la nueva escala que conecta todos los espacios en tres niveles, hecho en plancha metálica perforada, constituye un tipo de velo matérico que, aunque ocupa una parte importante de la nave, permite, gracias a su transparencia, percibir todo su volumen. Con su movimiento giratorio, se convierte en un dispositivo museográfico para disfrutar del espacio y de las obras desde diferentes alturas y proximidades.
El mismo material metálico sirve para recrear la imagen fantasmal de las antiguas vueltas de arista que parece que cubrían la nave de la iglesia. Este falso techo permite no solo reproducir la imagen del espacio original, sino también ocultar las instalaciones de las viviendas de sobre. Así, se mantiene el aspecto y carácter de los dos escenarios, pero enlazándolos, creando conexiones espaciales y de uso reforzadas por la utilización de un solo material metálico para todos los elementos añadidos: escala, ascensores, cierres, barandillas, instalaciones y el simbólico cielo raído de vuelta de la nave central que corona el conjunto.
Se obtiene un contenedor expresivo que documenta los diferentes tiempos y maneras constructivas, piedra y muro pantalla y, al mismo tiempo, una caja neutra para recibir las piezas de arte de la colección Casacuberta-Marsans.