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García Clariana

Intervención en el muro del cementerio . El Grao

García Clariana . Intervención en el muro del cementerio . El Grao (1)

Inés García Clariana . fotos: © Merxe Navarro

Este encargo ha sido el objeto para despertar una nueva visión del estado de las cosas. Para nosotros significó “eso” que venía cuajándose y que actuó como dispositivo activador hacia un cambio de condiciones. Fue el click que nos hizo despertar en ese cambio de paradigma que estaba en boca de tantos.
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El proceso es el proyecto. No hay resultado sin un proceso elaborado. Y antes de seguir, deberíamos decir que el proceso no se desarrolló al completo a “nuestro gusto”, que ha sido el proceso retrospectivo el que ha resultado más enriquecedor. Tomamos conciencia del escenario físico, económico y social desvelado en ese “aparecer mágico” de las cosas in-visibles, poco a poco, y operamos sobre él como productores-cirujanos.

Conscientes de ese cambio de paradigma; el de la complejidad de los procesos y las cosas que se ha ido construyendo de “a poquito” sin darnos cuenta, un paradigma que nos despertó en el análisis previo de proyecto indicadores y situaciones desconcertantes, y nos encaminó hacia una estrategia de proyecto que nos permitiera entrar en un sistema de adaptación de las complejidades para abordarlo cómodamente, desde la observación paciente y aceptando la realidad.
Esta “aceptación plácida de lo real” es algo que ayuda a visibilizar los procesos complejos en los que nada se pretende ocultar, sino todo lo contrario, ayuda a desvelar los movimientos no lineales de los actores de la escena.
El Cementerio del Grao, paradójicamente, se ha convertido en punto de convergencia de complejidades abandonadas. Precisamente por ello, por no reconocer la complejidad y no hallar instrumentos para describirla y encaminarla a una relectura dentro del nuevo contexto en el que se ubica, el cementerio ha acabado materializándose en su propio contexto como contenedor de vida y muerte, emplazado como colofón final de muchos de los procesos inacabados de nuestra ciudad; al final de la Avenida de Francia, el cementerio, al final de las actuaciones del antiguo cauce, el cementerio, rematado con otra ciudad, de Artes y Ciencias, el cementerio, el final de numerosas redes de comunicación e infraestructuras de la ciudad, el cementerio, al inicio y final de nuevas áreas de la ciudad, el cementerio…
A todo ello, se han sumando nuevos actores al paradigma de la complejidad; un nuevo uso que eventualmente invade la zona de un glamur ajeno y al que nuestra actuación, nuevamente, no deja indiferente. El cementerio del Grao afecta, una vez más, a todo aquello que se aproxima a él, configurando la llamada “curva de la muerte” del Circuito de Fórmula 1 de la Comunidad Valenciana.
El color es reflejo de una etapa y símbolo visible de controversias, fruto del lenguaje complejo. La ejecución de esta obra entró en un programa de activación de la economía, una época en la que se llevaban los planes de inversión para la activación económica, en donde gastar era supuestamente potenciar. El cementerio se ha convertido, con el tiempo, en el sello de color de un instante de esperanza.
¿Cómo materializar la complejidad? Mediante la interacción de todos estos indicadores, y a través de la reactivación de la afecciones de proximidad a la arquitectura sobre la que intervenimos en calidad de productores-cirujanos. Una intervención para visibilizar los procesos, las realidades intangibles del contexto en el que se ubica; haciendo partícipe al verde utópico de la ciudad, a la curva de un circuito, a lo de siempre, cambiándole el muro blanco y el ciprés, para dejar que se acerquen a él, aunque sea para curiosear…
Nuestra intervención conlleva, efectivamente, las acciones de un productor-cirujano que, entrando en las nuevas condiciones desde la producción, lejos de la interpretación que nos evoca la figura benjamiana del mago-artista, y ubicándonos en la postura del artista-cirujano (productor-cirujano) que interviene sobre las nuevas condiciones y trabaja en su contextualización.
Un vestido “a medida” que ha dado la oportunidad al Cementerio del Grao de salir a la calle (contextualizar) y ser objeto de miradas desconcertadas, de llamar la atención, como último deseo antes del final.

MATERIALIDAD: Las piezas cerámicas, hexágonos irregulares de altura máxima 26cm. y un ancho máximo de 17cm., se acoplan en su composición y montaje, disponiéndose en site colores, cuya repetición permitirá, desde la distancia, percibir el muro como una franja más de los diferentes materiales que lo contextualizan, con una presencia menos agresiva con su entorno.