Jaime Prous Architects . Pineda Monedero . photos: © José Hevia
The setting in which these semi-detached houses are located is that of an anonymous neighbourhood on the outskirts of a town near Girona. The finished streets await the arrival of the future houses that will form an eclectic landscape of different materials and volumes.
Each house faces opposite sides and is joins the other from the back like Janus, the two-faced god. This union is read as a single two-storey volume in the shape of a cross. The cross is inscribed in a square that encompasses the house and two exterior spaces framed by the exposed concrete structure.
The construction aims to approach the materiality with frankness by exposing the concrete structure and the manual brick façade. A very subdued colour palette is used to tone down the high-flown tone of the surroundings and go unnoticed. The windows are placed in such a way as to compose 4 changing façades, generating different expressions depending on the position of the observer.
From the inside, these openings allow diagonal views across the exterior spaces. The cross-shaped geometry increases the corners and embraces the future pergolas. On the upper floor it allows the creation of spacious rooms without hierarchies that allow for different uses.
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Architects:
Jaime Prous Architects
Pineda Monedero
Collaborators:
Construccions Busquets (contractor), OtherStructures (structure), Ordeic (installations)
Photography:
Jose Hevia
El entorno en el que se ubican estas casas pareadas es el de una urbanización anónima a las afueras de una población de la comarca de Girona. Las calles acabadas esperan vacías la llegada de las futuras casas que formarán un paisaje ecléctico de materiales y volumetrías diferentes. Cada casa mira a lados opuestos y se une a la otra por la espalda como Jano, el dios de las dos caras. Esta unión se lee como un volumen único de dos plantas en forma de cruz. La cruz se inscribe en un cuadrado que abarca la casa y dos espacios exteriores enmarcados por la estructura vista de hormigón. La construcción pretende abordar la materialidad con franqueza exponiendo la estructura de hormigón y la fachada de ladrillo visto manual. Una paleta de colores muy tenue que rebaje el tono altisonante del entorno y pase desapercibida. Las ventanas se colocan de manera a componer 4 fachadas cambiantes, generando expresiones distintas según como se coloque el observador. Desde dentro estas aberturas permiten visuales en diagonal que cruzan los espacios exteriores. La geometría en cruz aumenta las esquinas y abraza las futuras pérgolas. En la planta superior permite crear habitaciones amplias y sin jerarquías que permitan diferentes usos.
