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226 arquitectos

6 row-houses in a ravine. Villa Allende

226 arquitectos . photos: © Javier Agustín Rojas

The developed project is located on the edge of the city, a place of transition between the end of urbanity and the mountain landscape. As in all the mountains of Córdoba, in this place time seems to slow down and give space to the perception of the senses in a slow, reflective manner. This project seeks to enhance these sensations through the contemplation of the mountain.

The lot had a marked slope with two recognizable levels on which to settle. On these levels, the houses are supported perpendicular to the street. To the south, the project assumes a vertical condition, rising above its neighbors seeking the best views. To the north is the area of ​​greatest daytime use, in relation to the patio and the sun.
The empty space generated between the units is determined by the geometry of the set that repeats a straight line and a successive break. In this way, the space is compressed and dilated in a similar way to what happens inside houses. The separation of the units favors the free movement of the wind and the runoff of rainwater between levels, as occurs in the mountains and prior to construction.

Regardless of the possibility of creating one more unit in the project, it was decided to leave a space for community use equipped with children’s games, tables for reading and at its highest point a place to make a fire to connect with the primitive.
The materiality of the walls was made with common brick, obtaining an irregular texture that highlights the incidence of light. The horizontal planes such as slabs and floors were resolved in exposed or polished concrete, with the idea of ​​being as neutral as possible.

The concrete structure, made of beams and chained columns, sometimes becomes evident, while in other situations it remains within the walls. The white color used on the walls unifies the parts into a whole. The roof is composed of several constructive entities: the sinusoidal sheet as upper covering, a thermal insulation space composed of a double layer of Eucalyptus laminated wood (phenolic type), while the tie-rod structure remains inside the thermal chamber generated and whose lower part becomes valuable as an expressive material in the space.
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Equipo 226 arquitectos: Tristan Bondone, Luciano Femopase, Julian Genesio
Colaboradores: Catalina Zeverin, Sofía Carena, Nathalie Pierre
Ubicación: ciudad de Villa Allende, Córdoba, Argentina
Superficie terreno 2150 m2
Superficie cubierta: 750 m2
Créditos fotográficos: Javier Agustín Rojas
Año de finalización:2022
6 houses in the ravine-Villa Allende

 El proyecto desarrollado, se encuentra en el borde de la ciudad, lugar de transición entre el fin de la urbanidad y el paisaje de montaña. Como sucede en todas las sierras de Córdoba en este lugar el tiempo pareciera desacelerarse y dar espacio a la percepción de los sentidos de una manera pausada, reflexiva. Este proyecto busca potenciar esas sensaciones a través de la contemplación de la montaña. 
 El lote, presentaba una marcada pendiente con dos niveles reconocibles en donde asentarse. Sobre esos niveles, las casas se apoyan de manera perpendicular a la calle.  Hacia el sur, el proyecto, asume una condición vertical elevándose por sobre sus vecinos buscando las mejores vistas. Hacia el norte se encuentra el área de mayor uso diurno, en relación al patio y el sol.
El espacio vacío generado entre las unidades está determinado por la geometría del conjunto que repite una línea recta y un quiebre sucesivo.  De esta manera el espacio se comprime y dilata como ocurre en el interior de las viviendas. La separación de las unidades favorece el libre correr del viento y el escurrimiento del agua de lluvia entre niveles, tal como sucede en las serranías y previo a realizar la construcción.
Independientemente de la posibilidad de realizar en el proyecto una unidad más, se decidió dejar un espacio de uso comunitario equipado de juegos infantiles, mesas para lectura y en su punto más alto un lugar donde realizar fuego para conectarse con lo primitivo.
La materialidad de los muros se realizó con ladrillo común, obteniendo una textura irregular que pone en manifiesto la incidencia de la luz. Los planos horizontales como losas y pisos fueron resueltos en hormigón visto o pulido, en la idea de ser lo más neutros posibles.
La estructura de hormigón, de vigas y columnas de encadenados, en ocasiones se vuelve evidente, mientras que en otras situaciones permanece dentro de los muros.  El color blanco utilizado sobre los muros unifica las partes en una totalidad. La cubierta se compone de varias entidades constructivas: la chapa sinusoidal como cobertura superior, un espacio de aislación térmica compuesto por una doble capa de madera laminada de Eucaliptus (tipo fenólico), mientras que la estructura de tirantes permanece dentro de la cámara térmica generada y cuya parte inferior cobra valor como material expresivo en el espacio.