Alberto Campo Baeza . René Pérez Gómez
El Tecuán es como un paraíso existente en Jalisco, México. Y en la confluencia de dos de sus playas que son como dos grandes arcos de arena, se produce una proa de rocas que se adentran en el mar. Y allí se nos pide que con la arquitectura demos la respuesta más hermosa posible.
TEMENOS
Un cajón lleno de hermosura
Un espacio donde todo es posible en las playas de El Tecuán
Jalisco, México.
Decidimos crear una plataforma horizontal en alto, para desde allí contemplar el mar. Como si de la cubierta de un barco varado se tratara. O mejor todavía, como un temenos. Los griegos denominaban temenos al sitio donde los dioses se encontraban con los hombres. La acrópolis de Atenas es un temenos.
Y para construir la plataforma plana en alto, vaciamos la roca para colocar allí un cajón de 64x22x9 m. construido con la misma roca excavada, o con hormigón hecho con esa misma roca. Un cajón lleno de hermosura. De manera que aparecerá en el paisaje un plano horizontal en alto, que es la parte superior de ese cajón, que parece que hubiera emergido de las entrañas de la tierra. Al ser todo de la misma roca, todo quedará perfectamente integrado.
Arriba, la plataforma horizontal se excava en sus bordes para, por una parte crear zonas para poder sentarse, y por otra protegernos de los bordes sin necesidad de poner barandillas. Tres grandes como balsas excavadas en la plataforma, escalonadas, servirán de asiento para la contemplación de ese paisaje tan extraordinario.
En el interior, tenemos un impresionante espacio vacío, lleno de sombras atravesadas por la luz que viene de lo alto a través de los boquetes que excavamos en el plano superior y en los muros conformantes. Y para soportar bien esa estructura, creamos un entramado de vigas y pilares de 1x1m siguiendo el ritmo de 1, 6, 1, 6, 1, 6,1 que cubre con precisión la luz estructural, todo de hormigón armado. Usando como árido la misma piedra.
En las paredes, varios huecos grandes como ventanas vacías. El mayor en la cara que mira al mar de frente, de aproximadamente 4×4 m. Su alfeizar será una mesa-peto muy amplia. Todos los huecos quedarán al aire, sin carpinterías. Todo el gran artefacto se enfrenta al aire, al viento, al sol y al mar y sus embates, con la arquitectura fuerte y radical que proponemos. Y será cruzada por los pájaros y sus cantos.
Una serie de lucernarios cuadrados de 2×2 m, siguiendo el ritmo creado, arrojarán al interior una luz extraordinaria.
Las funciones de esa hermosa caja serán muy diversas. Desde exposiciones a conciertos, conferencias y teatros. Todo allí será posible.
La otra plataforma, más pequeña, sobre las otras rocas menores, será un simple plano, losa de hormigón, que se plegará al final para poder sentarse.
Nos gustaría haber sabido responder a lo que se nos pide y que fuéramos capaces de poner en pie, una arquitectura muy hermosa, la arquitectura más hermosa del mundo. Estamos convencidos de ello, y muy entusiasmados.
Alberto Campo Baeza y René Pérez Gómez
Arquitectos
Agosto de 2019
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Le bateau îvre
La tempestad bendijo mis desvelos marítimos.
¡Diez noches bailé, más ligero que un tapón de corcho,
sobre el oleaje, al que llaman eterno embrollador
de víctimas, sin añorar el necio ojo de los faros!
RIMBAUD
La galerna bendijo mi despertar marino,
Más ligero que un corcho por las olas bailé,
Olas que, eternas, rolan los cuerpos de sus víctimas,
Diez noches olvidando el faro y su ojo estúpido.