Canales Lombardero . photos: © Fernando Alda
A retired couple of doctors decides to use their life savings to build a new house for them and their visiting sons and grandsons now living abroad. The clients want the house to be though for now and for generations to come, eventually inheriting the property. In search for flexibility and future change, the design invests on setting a clear spatial system around which adaptation might happen.
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This system is intended to organize not only service areas and installations, but also spatial relations, structure, light and energetic performance. In particular, the design deploys a system of brick cavity walls that articulate all relevant house spatial relations, while fluid inhabitation and variability is expected in-between them. The walls are made of two interconnected layers of solid fire brick −a leftover from a cancelled local construction−, acting both as a structural support for the house and as a 35 cms thick building envelope of highly efficient energetic performance. In the public areas of the house brick walls —left un-cladded as well as the concrete slabs to better absorb energy flows— are slightly shifted. As such, they partially expose while not totally disclosing spaces behind. Displacements, perforations and sectional connections create a dense web of spatial relations that ground everyday life experiences. Material and light qualities of the house core elements are further explored through simulation and models. Finally, a double-height concrete portico highlight’s the client’s will to be seen.
Una pareja de médicos jubilados decide utilizar sus ahorros para construir una nueva casa para ellos y para sus hijos y nietos que los visitan ahora y viven en el extranjero.
Durabilidad, solidez constructiva, eficiencia energética y reciclado de materiales traídos por los clientes se establecen como prioridades para una construcción planteada para durar para futuras generaciones.
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Location. Sevilla
Date. 2016
Architects. Canales & Lombardero (Francisco González de Canales y Nuria Álvarez Lombardero)
Collaborating architect. Francisco González de Canales L.O.
Collaborators. Encarnación Márquez, Yonatan Buchhandler, Hao Wen Lim
Quantity Surveyor. Felipe Fernández de Bobadilla
Client. Perea-Borobio Family
La solución adoptada es establecer un sistema espacial/constructivo muy robusto de relaciones, alrededor del cual los cambios pueden producirse. En concreto, el diseño despliega un sistema de gruesos muros de ladrillo que articulan todas las relaciones espaciales más importantes de la casa, dejando un habitar fluido y cambiante entre ellos. Se trata de un sistema que integra lo espacial, lo estructural, la relación con la luz y las ventilaciones, garantizando así los requerimientos de eficiencia energética, durabilidad y solidez constructiva de los que parte el cliente. Constructivamente, los muros están formadas por dos citaras interconectadas de ladrillo refractario macizo, reciclados del stock de una construcción local cancelada. Los muros ayudados con algunas inserciones de apoyo estructural sirven tanto como soporte de la casa, como para formar una envolvente de 34 centímetros de espesor que da un rendimiento energético altamente eficiente. La gran capacidad térmica de estas envolventes permite que la energía se conserve en las mismas combatiendo los picos energéticos. Dado que la inercia térmica debe ser prioritaria, se deciden dejar vistos en su lado interior aquellos materiales con capacidad térmica elevada (cerámicos, hormigón...). Siendo radiación otra de las causas principales de los picos energéticos, se han protegido las orientaciones sur y oeste. La estrategia energética está además apoyada por ventilaciones cruzadas, según los vientos dominantes y la colocación estratégica de huecos. Se destaca especialmente el uso de lucernarios en combinación con huecos en fachada para propiciar el efecto combinado de viento y stack, haciendo la ventilación más efectiva. La durabilidad de elementos y materiales también se considera como relevante. Elementos tales como puertas, sanitarios, griferías, fueron reciclados de una casa anterior de los clientes, anticipándose así no sólo la libre incorporación de elementos a la casa en el futuro próximo, sino también, el objetivo de hacer duradero lo que ya estaba en uso antes de la construcción. Finalmente, el proyecto refleja la constante negociación que implica a los pequeños proyectos, como las limitaciones presupuestarias, las aspiraciones típicas de los clientes, las limitantes normativas o la disolución entre soluciones tecnológicas y artesanales. Un claro reflejo de esta actitud se muestra en el pórtico de entrada, construido con columnas de hormigón pretensado elaboradas semi-artesanalmente para poder eludir la normativa que limita los pilares de hormigón in situ a 25x25 cms. Redefinidas como prefabricadas, estas columnas muestran la necesaria esbeltez para negociar entre las aspiraciones del cliente a una casa mayor y la realidad de su presupuesto y desarrollo programático (principalmente en una planta), generando una ambigua escala que trastoca la relación entre función y representación desde su propia solución técnica.